En medio del debate nacional sobre el ajuste al salario mínimo, la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en San Luis Potosí, Imelda Elizalde, llamó a analizar a fondo el impacto que podría tener un incremento sustancial en la estructura productiva del país.

La dirigente recordó que la fuerza laboral debe seguir siendo el eje de las operaciones industriales y que cualquier ajuste salarial debe pensarse bajo esa visión social.

“Mientras más atención pongamos en nuestras trabajadoras y trabajadores, mejores resultados tendremos en productividad y en condiciones laborales”, sostuvo.

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Elizalde explicó que 2024 ha sido un periodo complejo para el sector manufacturero, golpeado por diversos factores que han frenado el crecimiento. Por ello, dijo, el porcentaje de aumento debe establecerse con cautela, considerando el contexto económico y los niveles reales de productividad alcanzados.

“Es esencial revisar cómo se plantea el incremento, tomando en cuenta la situación actual de las empresas y el desarrollo industrial que se logró este año. La industria ha resentido diversas crisis, y sostener un equilibrio es fundamental para no comprometer las fuentes de empleo”, comentó.

Ante la posibilidad de que el ajuste supere los dos dígitos, la presidenta de Canacintra consideró que una cifra tan alta podría generar presiones que muchas empresas no están en condiciones de absorber.

“Un incremento de ese tamaño podría resultar un tanto agresivo. Lo más prudente sería buscar un punto medio que permita mejorar las condiciones de los trabajadores sin comprometer la estabilidad de las compañías”, apuntó.

La dirigente industrial señaló que existen beneficios adicionales que la iniciativa privada ha intentado impulsar desde hace tiempo y que podrían convertirse en un complemento importante al ingreso, siempre que se consolide su deducibilidad.

“Hay prestaciones que realmente fortalecen a las familias y generan bienestar, pero necesitan un marco fiscal que permita su deducción. Si esto avanza, el doble dígito no tendría que ser la única opción para mejorar el ingreso del trabajador”, explicó.

Finalmente Elizalde insistió en que el objetivo central debe ser elevar la calidad de vida de los trabajadores, pero sin poner en riesgo a las empresas que sostienen la actividad productiva del país.

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