El gobierno de Andrés Manuel López Obrador inició su gestión con una economía debilitada. El Producto Interno Bruto (PIB) retrocedió durante los primeros tres meses de 2019, la primera contracción para un arranque sexenal desde 1995, cuando el presidente era Ernesto Zedillo, de acuerdo con datos del Inegi

La estimación oportuna del PIB reportó una caída real de 0.2% en el periodo enero-marzo de 2019 con relación al trimestre inmediato anterior, con lo que a tasa anual sólo hubo un crecimiento de 0.2%, la cifra más baja desde el último cuarto de 2009.

El analista económico de grupo financiero Ve por Más, Alejandro Saldaña, dijo que el resultado confirma que la desaceleración económica que se observó a finales del año pasado se acentuó en los primeros tres meses del presente ejercicio.

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Detalló que los factores que incidieron sobre el dato negativo fueron paros laborales, obstrucción de vías, abasto de combustibles y lenta ejecución del gasto y programas gubernamentales, principalmente.

El Inegi informó que las actividades secundarias, relacionadas con la industria, disminuyeron 0.6% en los primeros tres meses del año, con lo que acumula dos trimestres consecutivos a la baja, el principal lastre de la economía mexicana.

La desaceleración en las exportaciones, paros laborales en el norte del país y los bloqueos de vías férreas en Michoacán afectaron a la manufactura, mientras que la atonía en la inversión pudo impactar en la construcción; la minería extendió su caída en función de una menor plataforma de producción de crudo.

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Las actividades terciarias, relacionadas con el comercio, el transporte y otros servicios (que representan dos terceras partes del PIB) reportaron una disminución de 0.2%, su primera contracción desde el tercer trimestre de 2017. Para expertos el resultado es preocupante porque este sector ha sido el principal motor del crecimiento y confirma la desaceleración de la demanda interna.

El problema de abasto de gasolinas y la obstrucción de vías férreasposiblemente tuvieron implicaciones en el transporte; además, la distribución de combustibles pudo también incidir en la actividad comercial.

Un mayor nivel de desempleo y retrasos en la aplicación de programas sociales pudieron afectar el gasto de hogares, pese a los altos niveles de confianza del consumidor registrados en el periodo.

Las actividades primarias relacionadas con la producción agropecuaria, avanzaron 2.6% durante el primer trimestre de 2019 respecto al precedente, el mayor incremento desde el último cuarto de 2013, aunque es el sector que menor peso tiene en el PIB, con una participación menor a 4%.

“Los servicios, las manufacturas y la minería han mostrado una trayectoria de bajo crecimiento, y anticipamos que el consumo y las exportaciones continuarán creciendo a un ritmo moderado, mientras que se espera que persista la debilidad en la inversión, por lo tanto, seguimos anticipando que la actividad económica crezca a un ritmo moderado en el resto del año”, comentaron analistas económicos de CitiBanamex que mantienen su estimación de crecimiento del PIB en 1.4% para 2019.

Los pronósticos oportunos del Inegi pueden cambiar respecto a las cifras generadas para el PIB trimestral tradicional, las cuales se publicarán el próximo 24 de mayo.

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