Hablar de la muerte nunca es fácil. Mucho menos, del costo que implica. Sin embargo, en San Luis Potosí, como en todo el país, fallecer tiene un precio.

Cristian Araujo, Ceo de una funeraria en la capital potosina, conversó sobre cuánto cuesta morir y los servicios que acompañan el último adiós.

“El costo de un servicio funerario varía dependiendo del tipo de paquete y de las necesidades de cada familia, pero los más básicos comienzan desde los 8 mil 500 pesos y pueden alcanzar los 16 mil pesos”, explicó.

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Estos servicios incluyen la recolección del cuerpo ya sea en hospital o domicilio dentro de un rango de hasta 50 kilómetros alrededor de la capital potosina.

Foto: Jazmín Ramírez.
Foto: Jazmín Ramírez.

Posteriormente, se realiza el embalsamado, un proceso de preservación especial que permite a los familiares velar al difunto en casa o en una capilla.

“Dentro del servicio se presta todo el equipo necesario para la velación: desde las velas hasta los sirios especiales, que pueden durar encendidos más de 72 horas, aunque la mayoría de las velaciones duran alrededor de 24 horas”, comentó.

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Cuando se le pregunta si las familias potosinas suelen adquirir planes funerarios anticipados, Araujo respondió sin titubear:

“La verdad, no. En San Luis Potosí, la mayoría de las personas no tiene la costumbre de prever este tipo de situaciones. Es un tema que evitamos porque no genera alegría, pero es tan real como inevitable. No nos gusta hablar de la muerte.”

De acuerdo con el empresario, esa falta de previsión suele complicar los procesos, ya que muchas familias se enfrentan a decisiones apresuradas en momentos emocionalmente difíciles.

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Foto: Jazmín Ramírez.
Foto: Jazmín Ramírez.

Cremación o entierro: tradiciones que pesan

Araujo reconoció que en los últimos años ha habido un aumento en la demanda de cremaciones, impulsado principalmente por la practicidad y los costos, pero aseguró que la mayoría de los potosinos se mantiene fiel a las tradiciones.

“Podría decir que dos de cada diez personas eligen la cremación, mientras que ocho de cada diez siguen prefiriendo el entierro tradicional. Somos un pueblo muy arraigado a nuestras costumbres, y eso se nota incluso en cómo despedimos a nuestros seres queridos”, señaló.

No obstante, las funerarias se han adaptado a las nuevas necesidades y a las tendencias ecológicas.

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“Hoy ofrecemos desde urnas biodegradables hasta urnas que pueden plantarse en el jardín y convertirse en un árbol. Hay muchas alternativas para quienes buscan algo más simbólico o sustentable”, agregó.

Foto: Jazmín Ramírez.
Foto: Jazmín Ramírez.

Un último adiós que también evoluciona

Araujo comentó que el sector funerario se encuentra en constante transformación: “Tenemos que estar a la vanguardia, con opciones para todos los tipos de despedida: inhumación, cremación o traslado. Lo importante es acompañar con respeto a las familias en ese momento tan delicado.”

Aunque el costo de morir varíe según el tipo de ceremonia o los materiales elegidos, el mensaje del empresario es claro: la muerte es inevitable, pero puede ser digna, serena y hasta ecológica.

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