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En 2008, el hoy premio Nobel de literatura, Bob Dylan, vino a México a cantar en el Pepsi Center. Es una de las pocas veces que ha visitado nuestro país y detrás de esa presentación estuvo nada más y nada menos que el hoy presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados, Sergio Mayer.
El ex garibaldi dice que fue un proceso difícil porque en ese tiempo Ocesa también quería traer al compositor de Like a Rolling Stone y Knockin´on Heaven´s Door, así que él y su entonces socio, Jack Borovoy (hermano de Ari Borovoy), jugaron sus cartas contra una de las compañías de entretenimiento más poderosas. El también actor recordó así esta experiencia.
“Estuve compitiendo en una licitación contra Ocesa porque grupo CIE también quería traer a Bob Dylan. Tuve contacto directo con el mánager y le mandé mis propuestas, de repente, en uno de esos correos me mandó decir que si podía poner 50 mil dólares más dentro de las propuestas para la gira y la verdad le dije que no. Él me había dicho que los otros le estaban haciendo una propuesta más alta que la mía y yo le dije que no, que muchas gracias pero que mis números ya no daban y que además yo no podía competir con una empresa como ellos que tienen patrocinadores, dinero de fuera.
A los dos días me escriben y me dicen que lo hablaron con Bob Dylan y que él dijo que quería trabajar conmigo, no con Ocesa. ¡Imagínate el gran compromiso y responsabilidad de tener a Bob Dylan en México de gira!, porque he sido el único que lo ha traído a gira, no ha habido otro empresario que lo logre”, dijo a EL UNIVERSAL.
Cuando el artista llegó a México pasó algo muy curioso, Dylan quería boxear (una de sus pasiones), así que conoció el gimnasio “Nuevo Jordán”.
Imagen de archivo de los aticulos que el cantante y compositor Bob Dylan comprò en el gimnasio Nuevo Jordán. Foto: Jorge Serratos, archivo EL UNIVERSAL
“Fíjate que es una persona muy tímida, mucho. Una anécdota interesante es que cuando llegó aquí pidió un lugar para ir a practicar box y lo mandé con un chofer, sólo y sin escoltas allá por Tepito, se metió a un ring de box. Nadie lo conocía, nadie sabía quién era y tomó clase, estuvo entrenando con gente de Tepito en el centro”. En internet circulan algunas fotos de esta experiencia que sí, quedó registrada.
El amor que Dylan profesa por el box es tal que incluso una de sus canciones más emblemáticas gira en torno a un boxeador: “Hurricane”, tema que gira en torno a Rubin Carter, boxeador acusado de triple homicidio. “En el 63 Bob lanzó Who Killed Davey Moore?”, sobre otro boxeador emblemático.
En una entrevista anterior con este medio, Mayer recordó algunas excentricidades del hoy Nobel, como que pintaran el camerino hasta el punto en que él se paraba en el escenario con flechas para que sólo viera eso, también pidió que nadie estuviera en los pasillos al momento de salir a ofrecer su presentación.
Actualmente, Mayer considera casi imposible que Dylan regrese a México por su edad y lo complejo que resulta una gira. Más allá de lo excéntrico o tímido que pueda resultar el artista, lo ve como un referente mundial en la música y dice que por supuesto que merecía el Nobel de Literatura (otorgado en 2016), cosa que le acarreó muchas críticas pero que Mayer aplaude por la siguiente razón.
“¡Es un gran poeta, por dios!, a qué le llaman ser o no ser escritor, sus canciones son un poema. Es el padre del blues, del rock, de toda una generación; el mentor de los Beatles y el ejemplo de toda una generación. La música de Dylan ha sido un parteaguas importante en la historia de la música, de todos los escritores y cantantes. Sí es un gran poeta, sí es un gran escritor”.