Emoción, nervios y gran expectativa fueron los ingredientes que se unieron en el regreso de La Academia. La onceava generación del programa, que ahora vuelve bajo la conducción de Adal Ramones, apostó por chicos de distintos puntos de la República así como por chicos de otras latitudes.

Minutos previos a iniciar la emisión, Adal Ramones se mostraba nervioso pero atento a las indicaciones que recibía, desde en qué lugar debía colocarse hasta lo que los directores de cámaras le decían. Aunque este es el primer proyecto con el que el conductor se integra a la televisora del Ajusco, las tablas que lo respaldan se hicieron evidentes ya que con su carisma y energía, lograron hacer mancuerna tanto con el público, los alumnos y los jueces. Chistes improvisados, el apoyo que le daba a los chicos después de cada interpretación y su capacidad para interactuar con el público lo hicieron ver como todo un conductor experimentado tanto dentro como fuera del aire.

El rol de cada uno de los jueces también quedó claro desde el inicio. Arturo López Gavito no defraudó con sus críticas que fueron aplaudidas y acatadas por el público, Edith Márquez, vestida en un conjuro blanco levantó suspiros y se mostró como una jueza accesible y comprensible, sin mencionar que el público en numerosas ocasiones entre cortes comerciales le pidió que cantara o que les mandara un saludo.

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Los jueces de La Academia.

Edwin Luna, que fue de los más aplaudidos, fue el que menos impacto causó con sus críticas más no por eso le fueron irrelevantes a los aspirantes, mientras que Horacio Villalobos, pese a tener problemas con su micrófono al ser presentado por Adal Ramones, dejó muy en claro que de los cuatro, él será el juez más difícil de complacer ya que la mayoría de sus críticas pusieron en aprietos a los  cantantes, ya que ninguno salió bien librado con sus observaciones durante la primera noche de presentaciones.

Los aspirantes dentro de esta generación fueron seleccionados desde distintos estados de la República como Durango, Sinaloa, Jalisco, Tijuana y Monterrey, así como desde otras partes del mundo como Chile y Honduras. La mayoría de los concursantes cantaron a dueto, sin embargo, Marian, una chica que entró de última hora y que incluso fue trasladada ya iniciada la emisión hasta el estudio, así como Diego, originario de Chile, fueron los únicos dos que tuvieron la oportunidad de cantar en solitario.

Pese a que fueron un total de 17 los aspirantes de La Academia, la primera emisión del programa también fue la encargada de darle las gracias a dos de los participantes. Edith Márquez fue la encargada de darle las gracias a la primera eliminada, Karen Valenzuela, originaria de Sinaloa, mientras que Arturo López Gavito anunció a la segunda eliminada que fue Paulina Villaseñor de la Ciudad de México.

José Cruz, de Michoacán, fue el tercer eliminado anunciado por Edwin Luna y para rematar con una sorpresa y pese a que hacía falta un eliminado más, los jueces decidieron dejar al resto de los participantes.

Entre los asistentes, además del público en vivo, también estuvieron presentes ex académicos quienes interpretaron un pequeño homenaje a Joan Sebastián, así como conductores de otros programas de azteca como Carmen Muñoz de Enamorándonos, parte de los conductores de Venga la Alegría y el ganador de la primera temporada de Exatlón, Ernesto Cázares.

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