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Para comenzar en el mundo artístico y sobresalir con las obras no se necesita comenzar a una corta edad, eso lo tiene claro la potosina Graciela Palau, con su exposición "Nunca es tarde", en dónde a través de 46 pinturas y tres esculturas hace un recorrido de introspección con diferentes técnicas.
Graciela comenzó a dar sus primeros pasos en la pintura a sus 70 años, influenciada por diversos artistas nacionales, internacionales y mujeres potosinas como su hermana María Teresa Palau Trujillo "Tere Palau", reconocida artista potosina con 47 años de experiencia.
”Cuando tiene uno la intención, el gusto y las ganas de hacerlo nunca es tarde para empezar (…) a mí lo que me gusta mucho es que aunque empecé grande, ese gusto por pintar no lo dejo, se me hace muy importante, más allá de lo recreativo”, comentó Graciela.
Su inicio en la pintura no estaba planeado, pues en 2016 tras comenzar a realizar obras de escultura en barro, se dio cuenta que les faltaba proporción, por lo que decidió tomar un taller de dibujo con su hermana para poder crear mejores piezas de escultura.
“Me daba clases de dibujo y me dijo un día ¿por qué no pintas? y entonces me dio un pincel, un caballete y me dijo ándale pinta, me dio unas pinturas y me encantó, me atrapó”, agregó
A partir de ahí comenzó a adentrarse en la pintura, tomó cursos y fue perfeccionando su forma de transmitir sus sentimientos y su cotidianidad con colores fuertes, autoretratos, paisajes y mucha pasión por lo que hace actualmente.
A partir del 2018 es cuando realiza su primer obra titulada “Visión”, en donde plasma una cara humana escondida entre formas y colores llamativos como el azul, negro, rojo y amarillo; cuadro que al inicio pretendía solo realizar una cara humana, pero al no quedarle bien tuvo que transformarlo.
Del 2018 a finales del 2022, arropada por su familia, sus ganas de continuar dando pasos por la pintura y haciéndole caso a su intuición y a lo que el propio bastidor le llama para ir creando las formas que le dan vida a sus obras finales, realizó 47 pinturas, de las cuales 46 actualmente y hasta el 14 de abril se exhiben en el Museo Francisco Cossío en la capital potosina.
Para Graciela el haber iniciado en la pintura siendo una persona de la tercera edad, es un motivo de orgullo, que puede inspirar a mujeres y hombres que como ella se encuentran más libres en la vida sin tantas preocupaciones y deberes como cuando estaba joven, a iniciar en disciplinas, oficios o profesiones que les inspiren y apasionen.
Luego de haber probado distintas técnicas que va cambiando según lo que requiera el cuadro, como: drapaedo, pintura en óleo, wash, grafiti, acrílico, dijo espera continuar pintando lo que se le vaya ocurriendo hasta los 104 años de ser posible, si no hasta que le alcance para poder compartir un pedazo de ella con los demás.
“Quiero seguir pintando hasta que las manos y los ojos ya no me dejen, pero espero que me dejen mucho tiempo”, concluyó.