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Convertir las ideas culinarias en proyectos sólidos y sostenibles es el propósito de Todo San Luis, Incubadora Gastronómica, presentada por la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) en la capital potosina.
Alejandro Espinosa Abaroa, presidente de CANIRAC en San Luis Potosí, explicó que el programa nace para combatir una realidad preocupante: “En México, de cada 10 restaurantes que abren, cinco cierran durante el primer año y sólo dos logran llegar al quinto año. La principal causa es el desconocimiento de lo que implica la industria gastronómica”, señaló.
La incubadora busca convertirse en una herramienta de profesionalización y acompañamiento, donde expertos del sector compartirán experiencias, fracasos y aprendizajes con emprendedores que buscan iniciar o consolidar un negocio de alimentos y bebidas.
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Durante la presentación, Espinosa Abaroa relató que muchos proyectos culinarios surgen de manera improvisada como sucedió en la pandemia, cuando varias familias convirtieron sus cocinas en talleres de repostería o venta de antojitos pero, al dar el salto a un local formal, se enfrentan a trámites fiscales, permisos, contratación de personal y administración, factores que suelen convertirse en su principal obstáculo.
“Hay quienes abren un negocio pensando que cocinar bien es suficiente. Pero ser chef no es lo mismo que ser administrador, contador o gerente. Esa falta de preparación es lo que provoca que la mayoría se quede en el camino”, afirmó.
Así mismo compartió ejemplos de cómo la asesoría adecuada puede evitar fracasos costosos: “Hubo un caso de un emprendedor que quería abrir un restaurante griego en San Luis Potosí. Se realizó un estudio de mercado y se concluyó que no tendría aceptación. Se ahorró 10 millones de pesos que iba a invertir. Casos como este justifican la importancia de la incubadora”.
El líder empresarial subrayó que esta iniciativa no solo beneficiará a emprendedores, sino también al desarrollo turístico de San Luis Potosí: “Si queremos ofrecer un producto atractivo a los visitantes, necesitamos restaurantes sólidos, con identidad y calidad. La incubadora es un paso para lograrlo”.
La incubadora gastronómica, se proyecta como un espacio donde la creatividad culinaria se combine con la formación empresarial, con la intención de incrementar la tasa de supervivencia de los negocios gastronómicos y consolidar a la entidad como un referente turístico y cultural.
“Lo que queremos es que el que decida abrir un restaurante lo haga de manera profesional, que conozca los riesgos, que reciba capacitación y que tenga herramientas reales para prosperar. Así, la industria crecerá de adentro hacia afuera, con bases firmes”, concluyó el líder restaurantero.
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