Cancún.- El bloqueo de las vialidades de acceso y salida del “Malecón Tajamar”, en el centro de la ciudad de Cancún, ha generado un debate entre las y los ciudadanos que han defendido el polígono, pues hay quienes están a favor de permitir la entrada con vehículos y quienes están en contra.

Luego de un año y siete meses de permanecer intocado, debido a los litigios jurídicos en que se vio envuelto, el “Malecón Tajamar” ha recobrado su vegetación, destruida por orden del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), la madrugada del 16 de enero de 2016.

Sin embargo, el lugar luce descuidado, con selva crecida, seca, basura y mobiliario urbano vandalizado, debido a que la institución se ha negado a darle el mantenimiento a que está obligado, pretextando que aún no se resuelve la totalidad de recursos jurídicos, lo que le impide alterar las condiciones del sitio.

Tampoco pueden entrar unidades de limpieza del ayuntamiento de Benito Juárez, ya que los accesos ubicados en la rambla central así como los de los costados, del lado del restaurante Bandoneón y del residencial del Table, permanecen bloqueados a petición de algunos ciudadanos, encabezados por la activista Katherine Ender, quien argumenta que el polígono está clausurado y ninguna autoridad puede ingresar en tanto se resuelvan todos los asuntos legales pendientes.

En contraste, integrantes del movimiento “Salvamos Manglar Tajamar” recordaron que la sentencia definitiva, dictada en junio de 2017 por el Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, impide al Fonatur ejecutar la autorización de impacto ambiental que obtuvo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en julio de 2005, para urbanizar y lotificar el polígono, y a dicha dependencia le prohíbe autorizar nuevos proyectos.

Sin embargo, afirman que dicha sentencia no restringe el derecho de cualquier ciudadano o ciudadana a transitar por las vialidades, a pie o en vehículo y, menos aún, le impide al Fonatur y al gobierno municipal cumplir con su obligación de mantener el polígono limpio y la vegetación cuidada.

Bajo esa premisa, la tarde de ayer desbloquearon parcialmente los tres accesos al Malecón Tajamar y lograron ingresar con algunos vehículos, para “reivindicar el derecho del libre uso de vialidades”.

“Exigimos que se abran todos los accesos de este lugar, especialmente para que los servicios de limpieza y vigilancia se reactiven de inmediato, a fin de que la sociedad reciba el beneficio real de un Tajamar limpio y al que se le dé mantenimiento.

“Aclaramos a la opinión pública que son los predios y no las vialidades las que fueron objeto de litigios y que gracias a la sentencia de junio de 2017 del juicio de amparo que se promovió por ciudadanos de Cancún, se revocó la autorización de la Semarnat para construir en Tajamar”, indicó la ambientalista Aracely Domínguez.

El abogado y activista, Gerardo Solis, también se refirió a la recomendación 67/2017, emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en diciembre del año pasado, que instruye a la autoridad municipal, estatal y federal, a iniciar los juicios de lesividad, para revocar cualquier permiso otorgado para construir en el polígono.

Solís subrayó que esa recomendación ha sido incumplida, porque ninguna autoridad ha rendido un informe del grado de cumplimiento de la misma y añadió que la Semarnat sigue sin acatar la sentencia que le obliga a restaurar ambientalmente los manglares de Tajamar.

La apertura de accesos al polígono fue interrumpida por la activista Katherine Ender, fundadora de “Guardianes del Manglar Cancún”, quien insistió en que hay un proceso jurídico abierto, por lo que en su opinión, hay que aguardar a que cierre el caso.

Incluso aseguró que en septiembre, el titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Guillermo Haro Belchez, y la ex delegada en Quintana Roo, Carolina García Cañón, están emplazados y habrán de comparecer ante un juez en Cancún, por uso indebido de la función pública, al haber exculpado de responsabilidades al Fonatur, en la devastación de manglares de enero de 2016.

Con apoyo de Apolonio Castillo, los accesos al Malecón Tajamar volvieron a cerrarse, sin que los policías municipales presentes en el sitio lo impidieran; quienes habían logrado entrar con sus vehículos quedaron atrapados, pues la gente de Castillo colocó enormes piedras para dejarles adentro.

La policía municipal tampoco frenó el bloqueo ni auxilió a las y los ciudadanos que estaban encerrados, para lograr salir. Las personas les reprocharon el haberse quedado inmóviles ante la situación.

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