Antes de potosinos éramos "mexquitenses"; así era el antiguo nombre de San Luis

Más de San Luis | 06-11-25 | 18:43 | Actualizada | 06-11-25 | 18:43 |

Fabiola Hidalgo

Antes de ser la próspera capital del Altiplano mexicano, San Luis Potosí fue conocido como San Luis Mesquitique, nombre con el que se fundó oficialmente el 3 de noviembre de 1592.

Su nacimiento se dio en el mismo sitio donde, años antes, fray Diego de la Magdalena había reunido a grupos de indígenas guachichiles, habitantes originarios de la región desde el siglo XIII.

El nombre de “San Luis” fue otorgado en honor a San Luis IX, rey de Francia, mientras que el término “Mesquitique” hacía referencia a la abundancia de mezquites en la zona. Con el paso del tiempo, el crecimiento económico y minero transformó el lugar en uno de los enclaves más importantes del norte de la Nueva España.

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Foto: Wikipedia.

El 30 de mayo de 1656, el virrey Francisco Fernández de la Cueva, duque de Alburquerque, elevó el pueblo y minas de San Luis Mesquitique a la categoría de ciudad. Desde entonces, comenzó a llamarse San Luis Potosí, comparando la riqueza de las minas del Cerro de San Pedro con las legendarias minas de Potosí, en Bolivia.

Ese mismo año se aprobó el escudo de armas que aún distingue al estado y la capital: “De un cerro en campo azul y oro con dos barras de plata y dos de oro y la imagen de San Luis en la cumbre”. Con esta insignia se reconocía la prosperidad minera y la devoción religiosa que marcaron el carácter de la ciudad.

Pintura de castas con todas las 16 combinaciones. Foto: Wikipedia.

San Luis Potosí nació como un espacio de convergencia cultural. En su fundación participaron tlaxcaltecas, otomíes, purépechas, guachichiles y españoles, conformando una comunidad diversa que simboliza el mestizaje característico del centro-norte de México.

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Durante los siglos XVI y XVII surgieron los primeros barrios de la ciudad —Tlaxcalilla, Santiago, San Miguelito y San Sebastián—, los cuales aún conservan parte de su traza original y su profunda identidad popular.

Foto: Cronologías San Luis Potosí.

De acuerdo con datos de la Coordinación Estatal para el Fortalecimiento Institucional de los Municipios (CEFIM). En el siglo XVIII, San Luis Potosí se convirtió en la intendencia más extensa de la Nueva España, abarcando territorios que hoy pertenecen a Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Texas.

Gracias a su posición geográfica y a su producción minera, se consolidó como la tercera ciudad más importante del Virreinato, sólo detrás de CDMX y Puebla.

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Más tarde, en el siglo XIX, la ciudad potosina sería protagonista de momentos clave de la historia nacional. Durante la Intervención Francesa, el presidente Benito Juárez declaró a San Luis capital del país en 1863 y nuevamente en 1867, desde donde firmó la sentencia de muerte de Maximiliano de Habsburgo.

Foto: San Luis Potosí Capital.

Por su relevancia cultural, política y arquitectónica, el Centro Histórico de San Luis Potosí fue declarado Zona de Monumentos Históricos el 19 de diciembre de 1990. Su perímetro protegido abarca 218 manzanas con edificios que datan de los siglos XVI al XIX, entre los que destacan la Catedral Metropolitana, el Teatro de la Paz, el Palacio de Gobierno, la Caja Real y los antiguos templos y conventos que conforman su paisaje barroco y neoclásico.

En 2010, la ciudad fue inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte del Camino Real de Tierra Adentro, reconociendo su papel histórico como punto clave de conexión entre el centro y el norte del país.

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Foto: San Luis Potosí Capital.

De “San Luis Mesquitique” a capital cultural del Altiplano, la ciudad ha recorrido más de cuatro siglos de transformación. Su evolución, marcada por la minería, la diversidad étnica y los procesos históricos nacionales, ha hecho de San Luis Potosí un símbolo de identidad mexicana y un referente del patrimonio cultural del mundo.

Hoy, caminar por sus calles es recorrer las huellas de un pasado que sigue vivo, recordando que antes de potosinos, fuimos mexquitenses.