Cientos de familias potosinas se volcaron a las calles del Centro Histórico desde las primeras horas del Jueves Santo para realizar la emblemática visita a los Siete Altares, una costumbre que año con año renueva la fe y la unión de generaciones enteras.
Tal como lo dicta la tradición católica, el recorrido representa el deseo de acompañar a Jesús en su camino de dolor, desde la Última Cena en el Cenáculo hasta su resurrección al tercer día, evocando con cada parada un momento de sacrificio, amor y esperanza.
Es un acto simbólico, donde los fieles reviven los pasos de Cristo con oración, silencio y reverencia.
Las principales iglesias del corazón de la ciudad, como el majestuoso Templo de San Agustín, la imponente Catedral Metropolitana y la histórica Iglesia de San Francisco, abrieron sus puertas para recibir a miles de creyentes y turistas, quienes no solo buscaron bendiciones sino también admirar la belleza arquitectónica que resguardan los templos más emblemáticos del corazón de la ciudad.
Lee: Jueves Santo: El simbolismo del pan, las monedas y la manzanilla en la Visita de los Siete Altares
Los asistentes realizan oraciones especiales en cada una de las iglesias, de acuerdo con el número de altar visitado y el momento específico que este representa en el camino de Jesús hacia la cruz.
Cómo lo dictan las tradiciones de Semana Santa en San Luis Potosí, seguido de la tradicional visita de los siete templos continúa la ancestral, Procesión del Silencio en la que se busca acompañar a la virgen durante suluto.