Xantolo es una de las festividades más importantes y arraigadas en la región Huasteca de San Luis Potosí; en esta celebración cargada de misticismo se fusionan la vida y muerte para honrar a los que ya partieron de este mundo y para alegrar los corazones de los vivos, honrando la muerte a través de la música, la comida y el baile.

Uno de los elementos más importantes y distintivos para los festejos ancestrales de Xantolo o Día de Muertos, que se conmemora del 31 de octubre al 2 de noviembre, son los tradicionales Huehues, Coles o Viejos, que en la cultura Huasteca representan la sabiduría y la personalidad “dicharachera” de los huastecos y quienes dan vida a las comparsas que brindan alegría a través de la danza.

La función de los Coles, Huehues o Viejos es esencial para mantener vivas las tradiciones de Xantolo y que van más allá de sólo bailar por las calles de los municipios de la Huasteca potosina, pues a través de ellos se marca el inicio de la conmemoración de nuestros seres queridos que murieron.

En entrevista para EL UNIVERSAL San Luis Potosí, Juan Hernández, la voz de mando en la Comparsa San Martín del municipio de San Martín Chalchicuautla, explicó que para ellos -que se identifican como Coles y no Huehues- las ceremonias para Xantolo inician desde el 29 de septiembre con las Fiestas del Santo Patrono San Miguel Arcángel, en donde realizan un ritual llamado “Bajada de Máscaras”.

La bajada de Máscaras, según comentó, es un ritual en donde los integrantes de cada comparsa sacan de sus closets la indumentaria de sus personajes para limpiarlos, se realizan tamales, se prende el copal, para realizar el “copaleo”, una ofrenda dedicada a las máscaras y sus difuntos. Esto da paso a los dos ensayos previos a recibir las almas de los infantes el 31 de octubre, de los adultos el 1 de noviembre y de todos el 2 de noviembre.

“Es la transformación, el espíritu que trae uno de arraigo de tradición de venerar a nuestros fieles difuntos. En tan importantes fechas, es la transformación del ser humano a la espiritualidad que uno puede ofrecer durante el desarrollo de nuestro evento, al difunto”, comentó Juan Hernández.


Los Coles en San Martín Chalchicuautla


Las comparsas se integran de distintos personajes que representan la dualidad entre la vida y la muerte; en el caso de San Martín Chalchicuautla, estos grupos de danza tradicional de Coles se conforman de una “Muerte”, personaje que representa el bien, ya que es la encargada de regresar las almas de los difuntos a la tierra; de un “Diablo”, que interpreta el mal, ya que es quien hace maldades a la gente.

Un “Comanche y Comancha” el guerrero y la guerrera del pueblo, “Mamá Nila”, que representa a los viejos; “Cominito”, personaje que hace alusión a los infantes; “Mujer embarazada”, el nacimiento de una nueva vida, y “Vaquero”, el guía, y el personaje más importantes que es el “Cole Viejo” (aunque también se le llama Huehue), quien es la máxima autoridad de la comparsa, el sabio y quien es el encargado de dar alegría a través de sus dichos y contestaciones a quienes le gritan cosas por la calle.

Todos, además de usar vestimenta única para ser diferenciados, deben portar en todo momento una máscara tradicional realizada con materiales como: baqueta, piel, cartón y pemuche, un tipo de madera que no pesa, para que puedan realizar sus movimientos sin dificultad. Estos elementos no se pueden cambiar por materiales sintéticos como el plástico, ya que debilita las costumbres del municipio, que se transmiten de generación en generación.

Estos nueve personajes salen a las calles de la región Huasteca de San Luis Potosí para moverse al ritmo de sones y huapangos potosinos, hacer reír y enfrentarse a palabras o dichos con la gente y hacer más llevadera la muerte.


La figura del Cole Viejo


Juan Hernández porta con orgullo la máscara de Cole Viejo desde hace 16 años, luego de que el organizador de la Comparsa San Martín, considerada la mamá de las comparsas de San Martín Chalchicuautla, lo escogiera para ser el jefe de los danzantes, por su perfil y personalidad alegre y “dicharachera”

Sin embargo, es quien lleva la responsabilidad total del grupo, ya que suele ser quien tiene más experiencia y “es el papá de todos los que bailan dentro de la comparsa, es el que manda, es el que ordena, el que guía, es la máxima autoridad dentro de la comparsa”.

Para que Juan pudiera obtener su máscara y bastón como col viejo, tuvieron que pasar cerca de 31 años como integrante de la comparsa de Coles, en donde interpretó desde sus siete años a distintos personajes, aunque el primero que se le fue asignado fue de un lobo, por ser un niño.

Para ellos, según comentó Juan Hernández, es importante guardar su identidad, pues al ponerse su máscara se transforman a la espiritualidad, con el objetivo de prevalecer las tradiciones y raíces culturales que aprendieron desde el vientre de sus madres y que durante toda su vida se les refuerza, como acto de amor y respeto a nuestros antepasados.

Google News

TEMAS RELACIONADOS