Sutil y a la vez incisiva, tranquila a ratos y a veces implacable, pero siempre deslumbrante por el lenguaje y la técnica, así es Una victoria salvaje, de Lilia. I. Solís, que irrumpe en la literatura mexicana con una notable novela sobre el abuso, la violencia y la desmitificación del amor romántico.

En entrevista con , la autora busca guiarnos por este camino de construir una nueva historia y la influencia que tuvo de la literatura del siglo IXX.

Querida Lilia, ¿Cómo surge Una victoria salvaje?

LI: Por la inquietud de escribir y como la negociación es un tema que me apasiona, fue casi natural que incursionara en esa área que no me es desconocida. Es un relato desde la no ficción tomada precisamente de las experiencias propias y ajenas.

Es una novela, claro está, que aborda de una manera muy realista el tema de la corrupción. ¿Es uno de los temas que te obsesiona?

LI: Tienes razón en lo que comentas y claro que es algo que permea en todos los sistemas, sobre todo en el mundo de los negocios, pero desafortunadamente es un valor entendido, pero lo que mas trato de mostrar es el abuso y acoso, que sutil o descaradamente ejercen sobre la mujer, y como una mujer ‘Sofía’, sale adelante usando precisamente el abuso a su favor.

“Definitivamente no soy mala, solo me defiendo”, reflexiona Sofía en el arranque de la novela. Desde aquí el lector se enfrenta a una mujer compleja y determinada, que sorprenderá por su carácter y osadía. ¿Cómo construyes a una mujer tan denodada como Sofía? ¿fue algo que se dio según avanzaba la historia o lo tenías planeado así preliminarmente?

LI: La verdad ella se fue construyendo sola, desde su infancia ella va observando y aprendiendo. Ella es el resultado de sus experiencias vividas, de esa mentalidad de competencia, de esa mentalidad de hombre en cuerpo y sentimientos de mujer, y claro que la construyo desde la idea que tengo de cómo sería una mujer en esas circunstancias, una mujer que se enfrenta al mundo usando las pocas o muchas herramientas que tiene como mujer.

¿Pensaste la relación y la lucha por el poder entre Sofía y Marco como un reflejo de la sociedad actual?

LI: Bueno la lucha por el poder es atávica, la diferencia actual es que en esa competencia ya entramos, aunque aun tímidamente, las mujeres. Y sí, desde que ella lee en ese libro, que se convierte en su guía, queda plasmado exacto eso que mencionas: al final del día el ganador será el que corrió más que el otro.

Escritos con un lenguaje sutil y a la vez incisivo, creas escenarios muy vívidos y llamativos… ¿sientes que hay una predilección por el lenguaje y lo sonoro en tus textos?

LI: Sí, definitivamente, creo que ese lenguaje está muy influenciado por la literatura del siglo IXX, quizá porque es la que más admiro, pero bueno fluye así, sin que me lo proponga.

Es una novela donde el amor es también un tema que cruza como una daga a los protagonistas: “Qué problema es explicar lo volátil del amor que sólo ofrece un final barato y orquestado…” Sofía encontraba su lugar en muchas partes, pero el amor parecía no llenarla. Incluso, la llenaba de asco…

LI: Si, hay también esa gran desilusión, ese amor no correspondido, siento que finalmente es una historia de dolor de una mujer que, con toda su osadía, su capacidad, inteligencia, su coraje para enfrentar al mundo, lo único que quería, regresando a su esencia intrínsecamente femenina, era conseguir el amor. Pero desmitificando el amor romántico, por esa desilusión, se llega a considerar sobrevaluado.

En un universo alterno, ¿cómo habría sido la vida de Sofía si hubiese abandonado esa osadía?

LI: Pienso que de mediocridad, de aceptar lo que le mandan, de que, al guardar su rebeldía, pierde el derecho de ocupar el lugar que una elija, pierde el derecho de culpar al patriarcado cuando no hizo nada por alzar su voz y buscar precisamente el lugar que quiere ocupar. Ella demuestra que para conseguir algo hay que salir de la zona de confort y luchar por lo que se quiere.

Además de Una victoria salvaje, ¿consideraste otro título para la novela?

LI: Sí, era un nombre más apegado a la esencia más profunda de la novela, que es ese resentimiento por no sentirse querida y apreciada, yo la había titulado A mí nunca me trajeron flores, demostrando que nada le había sido regalado, que consiguió mucho, pero que sí habría querido que alguien le regalara flores (protección, cariño, respaldo, etc.)

¿Qué es lo que lee actualmente Lilia Solís? 

LI: El instinto de Ashley Audrain, porque quiero familiarizarme con el narrador en segunda persona.

¿Cuáles consideras que son tus referentes literarios y las obras que más te gustan de ellos?

LI: Definitivamente Crimen y Castigo de Dostoievski, Ana Karenina de Tolstoi, por supuesto Madame Bovary de Flaubert, El pájaro espino de Colleen McCullough, Lolita de Nabokov, Las bestias de Jaime Mesa y mi más querido y apreciado libro La sombra que pasa, editada en 1952, de Hartzell Spence, una novela y un autor casi desconocido que puedo decir que ese libro es mi mentor.

 Además de la novela, que es un género de largo aliento, ¿has incursionado en algún otro?

LI: Recién he empezado con cuento, pero me parecen más difíciles muchas pequeñas historias que una larga.

Para finalizar, Lilia, ¿hay un nuevo proyecto en puerta?

LI: Acabo de terminar una novela que se llama Celeste, situada en otra época, en la primera mitad del siglo XX; es una historia de una mujer, de lealtades de linaje, pero también de abuso, acoso, feminicidio, de desamor y quizá es el mismo tema de Una victoria salvaje, solo que aquí esta mujer aceptó sin rebelarse y perdió. Lo que su nieta Sofía, aun heredando la lealtad a su linaje, ya no lo hace y ella si decide no aceptar lo que otros escogieron para ella. Esta novela se relaciona con la anterior porque Sofía es la nieta de la protagonista de la novela Celeste, Josefa, y pretendo hacer una tercera novela donde se rompan por fin esos acuerdos y lealtades heredadas. Y en las tres novelas los personajes principales dan origen a otros siendo los mismos enredados en las cadenas de los linajes ancestrales.

Esta idea la tomé a sugerencia de Vicente Alfonso que leyó la historia de Una Victoria Salvaje en un taller que tomé con él, y él me dijo: “Termina esta novela, pero no la historia, continúala en otra novela”, y seguí su consejo.

La novela se presentará el jueves 13 de octubre en la FIL Zócalo 2022.

Foro: Ernesto Cantoral

A partir de las 16:00 horas

Google News

TEMAS RELACIONADOS