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Hay platillos que definen a un país, no sólo por su sabor, sino por la historia que cargan entre capas de ingredientes. Tal es el caso de los tamales, un sabroso y calórico platillo que tiene cientos de versiones que cambian de sabor, forma y relleno según la región.
Y en San Luis Potosí, hay un lugar que cada vez suena más entre quienes buscan un buen tamal: Cerritos, donde la tradición se cuece lento y sabe mejor que en ningún otro municipio.

Un platillo milenario: historia del tamal
El origen del tamal se remonta a la época mesoamericana y aunque algunos países latinoamericanos, como Cuba, Argentina o Chile, también reclaman su invención, la evidencia arqueológica apunta a México como su cuna. Restos de tamales fosilizados hallados cerca de Colima y en otras zonas arqueológicas del país datan de hace más de 2 mil años.
El maíz, ingrediente central del tamal, no sólo alimentaba a los antiguos pueblos, también formaba parte de sus mitologías. Deidades como Quetzalcóatl y Cintéotl están profundamente ligadas al maíz, lo que refuerza la idea de que el tamal era más que un platillo: era un símbolo de vida y creación.
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Supersticiones y rituales en la cocina del tamal
En muchas regiones de México, la preparación del tamal está envuelta en creencias y prácticas rituales. Se dice, por ejemplo, que no se deben preparar tamales estando enojado, pues “la masa se rebela”. Algunas cocineras tradicionales incluso afirman que hay que “regañar la masa” o bailar junto a la olla para asegurar que los tamales queden bien cocidos.
Este sincretismo entre cocina y espiritualidad ha sido parte esencial del proceso tamalero durante siglos y, aún hoy, pervive en muchas cocinas mexicanas, especialmente en las zonas rurales y en las ferias gastronómicas regionales.

Diversidad tamalera: un país, cientos de sabores
Con más de 500 recetas documentadas y entre 3 mil y 4 mil variantes reconocidas, México posee una de las mayores variedades de tamales del mundo. Desde los duros tamales de piedra hasta los fragantes tamales de tichindas con mariscos, cada región aporta ingredientes, formas de cocción y envoltorios únicos: hoja de maíz, hoja santa, plátano, aguacate, entre otras.
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Cerritos: sabor, tradición y orgullo tamalero de SLP
Ubicado en la región Media de San Luis Potosí, el municipio de Cerritos ha comenzado a destacar en el mapa gastronómico gracias a sus tamales, especialmente durante la temporada decembrina y en el marco del Día de la Candelaria.
Los tamales cerritenses son conocidos por su sabor casero, sus combinaciones dulces poco comunes —como los de zarzamora, pitaya y garambullo— y el uso de ingredientes locales. Usuarios en redes sociales no dudan en recomendar sus “tamalerías” predilectas en el pueblo, entre las que se mencionan los tamales de Doña Hortensia Gudiño y los de Erika.

Expo del Tamal y el Atole: una cita imperdible
Aunque aún no se ha anunciado oficialmente la cartelera del evento, el Ayuntamiento de Cerritos ya alista próxima edición de la Expo del Tamal y el Atole. En años anteriores, este evento ha reunido a los mejores exponentes del municipio, consolidando la fama de Cerritos como un destino obligado para los amantes del tamal.
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El toque final lo da el atole de maíz de teja, espeso, aromático y perfecto para acompañar los tamales en una fresca tarde cerritense.
Los tamales no sólo son una delicia tradicional, son un espejo de la identidad mexicana. Y en lugares como Cerritos, San Luis Potosí, la tradición sigue viva, evolucionando, reinventándose, pero sin perder esa esencia que los hace únicos. Así que si te preguntas dónde están los tamales más ricos de SLP, Cerritos tiene la respuesta.