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Sara Correa Mejía, Omar Ramírez García y José Refugio Yebra se dedican a la restauración de esculturas religiosas en Ciudad Maíz, cuya labor la consideran fundamental para que la comunidad pueda seguir conservando su legado histórico, así como identificarse con su patrimonio y herencia cultural, ya que algunas piezas tienen muchas décadas de antiguedad.
En entrevista para EL UNIVERSAL San Luis Potosí, relatan que han trabajado en la restauración de al menos 10 esculturas religiosas de algunos de los templos más representativas de Ciudad del Maíz.
Agregaron que, con el permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el padre de la parroquia de la Purísima Concepción, Ramiro De la Cruz De la Cruz, junto a la comunidad de feligreses, solicitaron la restauración de tan importantes esculturas y los han provisto de todas las facilidades para intervenir las obras.
La primera etapa de trabajo consistió en la restauración de las esculturas principales de la parroquia, las cuales son dos figuras de la Inmaculada Concepción o Purísima Concepción hechas de madera. A estas figuras se les conoce como “esculturas de vestir”, debido a que el cuerpo de la imagen no está tan detallado, solamente las manos y el rostro. De esta manera, la gente las viste, incluso, a veces donan el cabello para sus pelucas.
“Las personas donan los vestidos y, normalmente, para cada festividad, para cada año que es su fiesta, se les cambia el vestido”, enfatizó el restaurador Omar Ramírez.
A una le llaman La Peregrina debido a que la llevaban a distintas comunidades y data del siglo XIX. Sin embargo, la otra es de 1914, ya que la original se quemó en 1913, cuando un grupo de "cedillistas" entraron en la parroquia en el momento en el que la población se encontraba en los preparativos de misa.
Debido a que corrían peligro, la gente huyó y dejaron las velas encendidas del altar, por lo que se provocó un incendio que acabaría con la escultura de la Purísima Concepción.
Por otro lado, la restauradora Sara Correa enfatizó que, al terminar la rehabilitación de las vírgenes, comenzaron con la intervención de esculturas que se encuentran en el retablo lateral de la parroquia, el cual se conoce como el retablo del Calvario, ya que en él se encuentran las imágenes que representan el calvario de Jesús.
“Está en el centro un Cristo crucificado, en este caso, solamente se están interviniendo la virgen Dolorosa, Santa María Magdalena, San Pedro, San Pablo y San Juan Evangelista”.
Estas esculturas, indicó, datan del siglo XIX y fueron retiradas del retablo debido a que este sufrió un desplome. Fue hasta que el retablo fue arreglado que el padre decidió colocar las piezas de nuevo en su lugar y fue ahí cuando solicitó la restauración de las mismas.
“Tienen una tipología, que son articuladas. Esto permite el cambio de vestimenta, incluso de postura, y ahorita lo que se está haciendo es la intervención principalmente de todos esos elementos articulados”, enfatizó.
Entre las labores de restauración de las esculturas, los restauradores enfatizaron que se atendieron los daños estructurales de las articulaciones, así como una fumigación general en todas las piezas, ya que muchas de ellas estaban infestadas de insectos que ponían en riesgo a las imágenes. Además, se trabajó la restauración de la pintura de las mismas.
Al respecto, Omar Ramírez comentó que "cada figura es un mundo" y que debe tratarse con el mismo cuidado con el que un doctor cuidaría de un paciente: teniendo en cuenta que cada una es diferente y presenta diferentes problemáticas y necesidades.
La importancia de la restauración
Los restauradores enfatizaron que este es un trabajo especializado y que, para realizarlo, se necesita tener una cédula profesional que avale a la persona que intervenga las piezas históricas.
“Hay veces que personas que se dedican a decorar templos o que son escultores, pero de obras nuevas, ofrecen sus servicios sólo que no tienen los criterios que se necesitan para recuperar una obra de carácter histórico; no utilizan los criterios necesarios para recuperarlas y las repintan”, indicó Sara Correa.
Asimismo, Omar enfatizó en que se tiene la idea errónea de que restaurar es sinónimo de pintar y dejar súper brillantes a las obras, dejándolas “como nuevas”.
“No necesariamente… porque como son objetos, son imágenes, son esculturas, son pinturas antiguas, pues nunca se van a ver como totalmente nuevas".
Por último, recalcaron la importancia de su labor, la cual trata principalmente de la concientización hacia las comunidades para que puedan seguir conservando su legado histórico, que se sientan identificados con su patrimonio y que no lo olviden.
