La presencia italiana en México tiene raíces profundas que se remontan a la época colonial, cuando frailes y arquitectos provenientes de la península itálica llegaron al territorio para colaborar en la evangelización y la edificación de ciudades.

Sin embargo, fue a finales del siglo XIX cuando se intensificó la migración desde Italia, especialmente desde regiones como Véneto, Lombardía, Trentino-Alto Adigio, Toscana y Sicilia, motivada por la crisis económica y la búsqueda de nuevas oportunidades.

Durante ese periodo, el Gobierno mexicano promovió la creación de colonias agrícolas, lo que atrajo a cientos de familias italianas. Se establecieron en diversas entidades del país, entre ellas Veracruz, Puebla, Morelos, Michoacán, el Estado de México y .

En esta última, se fundó una comunidad que aún conserva el espíritu de aquellos primeros migrantes: la colonia Carlos Diez Gutiérrez, en .

Foto: Especial
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Ciudad del Maíz: el nacimiento de una comunidad

La historia de la colonia Carlos Diez Gutiérrez —conocida popularmente como la italiana— comenzó en 1882 con la llegada de un grupo de colonos italianos provenientes de pueblos como Segusino. Su travesía, llena de desafíos, los llevó desde Italia hasta el puerto de Veracruz, pasando por Tampico y Cerritos, para finalmente asentarse en Ciudad del Maíz gracias a la intervención del entonces gobernador potosino .

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El asentamiento definitivo ocurrió en un paraje fértil y con abundantes recursos hídricos. Allí, los colonos levantaron casas de piedra, una iglesia, una escuela y comenzaron a cultivar maíz, frijol, chile y criar gusanos de seda. Esta etapa inicial fue marcada por el esfuerzo colectivo, el uso de conocimientos traídos de Europa y el deseo de echar raíces en un nuevo hogar.

Foto: Archivo | El Universal
Foto: Archivo | El Universal

Conflictos y reconstrucción durante la Revolución Mexicana

Como muchas comunidades rurales en México, la colonia italiana no estuvo exenta de los estragos de la . Durante este periodo, fue atacada por grupos armados que destruyeron parte de su infraestructura, en particular la dedicada al cultivo del gusano de seda. Algunas familias huyeron o migraron a otras regiones, pero otras resistieron y, con esfuerzo, lograron reconstruir la comunidad.

A pesar de las dificultades, los lazos familiares, el amor por la tierra y la identidad cultural mantuvieron unidas a las generaciones siguientes.

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Foto: Facebook Hermoso Nuestro Ciudad Del Maiz, San Luis Potosi, Mexico.
Foto: Facebook Hermoso Nuestro Ciudad Del Maiz, San Luis Potosi, Mexico.

Un legado cultural que perdura

Hoy en día, la colonia italiana sigue siendo hogar de familias con apellidos como Ferrioli, Chesani y Constantini. Sus integrantes continúan dedicándose a la agricultura y la ganadería y muchos destacan la riqueza del suelo, la abundancia del agua y la tranquilidad del entorno como virtudes de esta tierra.

La arquitectura, el trazo de sus calles, los hábitos culinarios y las costumbres familiares conservan elementos de la original, fusionados con las tradiciones mexicanas. Además, el reconocimiento de Ciudad del Maíz como ha dado nueva visibilidad a esta comunidad, atrayendo visitantes que buscan conocer una historia poco difundida.

Foto: San Luis Potosi Turismo.
Foto: San Luis Potosi Turismo.

La Feria del Elote: tradición y economía comunitaria

Uno de los eventos más importantes de la colonia es la , creada en 2016 por descendientes italianos con el objetivo de apoyar a los productores locales. En esta celebración se elaboran platillos como polenta, pan de elote, tamales y guisos tradicionales, al tiempo que se realizan actividades culturales, deportivas y familiares. Este evento se ha convertido en una oportunidad para el reencuentro entre familias migrantes y para mostrar al exterior la riqueza cultural y productiva de la comunidad.

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La colonia hoy: identidad, memoria y futuro

La colonia italiana de Ciudad del Maíz representa un ejemplo de integración y resiliencia. A través de los años, sus habitantes han sabido preservar su herencia cultural al tiempo que se integran plenamente a la vida potosina.

Rodeada de montañas, bosques y manantiales, la comunidad mantiene vivas sus tradiciones, su memoria oral y su visión de futuro. Como afirman sus habitantes: “Aquí está la historia viva de quienes llegaron desde Italia hace cinco generaciones”.

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