‘Acuarela potosina’, canción que inmortalizó Jorge Negrete busca ser un himno para todos los habitantes de San Luis Potosí, pero en especial para los pobladores del barrio potosino de San Miguelito.

El tema que escribió Pepe Guizar en su estrofa inicial dice:

“Yo soy de San Luis Potosí,

Y es mi barrio San Miguelito,

Del centro de México soy,

Soy, por Dios, corazón solito”.

El motivo para destacar a esta zona de la capital del estado se debe a que es uno de los sitios más emblemáticos y conocidos.

¿Por qué es importante el barrio potosino de San Miguelito?

En este sitio se respira historia y representa la unión de dos pueblos, ya que los nuevos pobladores llevaron a los primeros habitantes del territorio a este lugar.

San Miguel Arcángel, mejor conocido como San Miguelito, se fundó hace más de 420 años, un lustro después de la fundación de la ciudad de San Luis Potosí (1592).

Los historiadores locales reconocen que este barrio  fue fundado con familias de indios tlaxcaltecas y otomíes por parte de los franciscanos el 29 de septiembre de 1597.

Sus primeros habitantes comenzaron a dedicarse principalmente al cultivo de frijol, maíz, ganadería de pequeños rebaños y a comercio.

Los documentos señalan que el entonces alcalde mayor de San Luis le entregó a Francisco Jocquine y demás pobladores tlaxcaltecas 2,500 varas de tierra en cuadro, para formar la villa de San Miguel, San Francisquito y La Santísima Trinidad.

Aunque en un inicio se estableció como un municipio independiente a San Luis Potosí, en 1830 se fijaron sus límites territoriales y se comenzó a oficializar como el barrio de San Miguelito.

Sus límites territoriales se establecieron así: por la lateral derecha de la Calzada de Guadalupe de norte a sur, destacando que para finales del siglo XIX era la segunda villa más poblada en ese entonces con 5 mil 330 habitantes.

¿Qué ver en el barrio potosino de San Miguelito?

El barrio potosino es uno de los atractivos turísticos por su templo de estilo barroco y por las leyendas que nacieron ahí.

La iglesia se comenzó a construir en 1733, inicialmente fue considerada solamente como templo, siendo poco después ascendida a parroquia.

En San Miguelito surgieron historias como las leyendas como la del “Callejón del Diablo”, en lo que hoy es la calle de Zamarripa casi esquina con Miguel Barragán.

Además, la de “Bertha La Loca”, quien se paseaba por la calle 5 de mayo.

También se habla de Francisco Villalobos Malo “Pancho Loco”, quien vivía sobre la calle de Pascual María Hernández y aquella casa con un búho sobre la fachada de una casa en la que habitó Claudia Zulley Mares “La Loca Zulley”, quien ataviada con un andrajoso vestido de novia deambulaba por las calles debido a que su novio jamás se presentó el día de su boda.

Los habitantes hablan que en el auge minero, el sitio se convirtió en sus primeros años en lugar de muchas leñerías y carbonerías, además de que algunas fincas aún conservaría añejos tesoros enterrados y ocultos producto del oro y plata.

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