A cuatro horas de la capital potosina, entre montañas áridas y vegetación espinosa del semidesierto potosino, fluye una joya escondida que parece sacada de otro planeta: el río Santa María, un cuerpo de agua de tono turquesa que serpentea por el corazón de la Sierra de Santa Catarina, en el municipio del mismo nombre.

Su belleza inesperada, rodeada de contrastes extremos, lo convierte en uno de los destinos naturales más fascinantes y menos explorados de San Luis Potosí.

Ubicado en la región del Altiplano sur, cerca de la frontera con Guanajuato y Querétaro, el río Santa María nace en los límites de la Sierra Gorda y atraviesa diversas comunidades rurales antes de mezclarse con las aguas del río Tampaón.

Sus aguas cristalinas destacan por su tono azul verdoso, producto de la alta concentración de minerales como el carbonato de calcio, la luz del sol y la pureza de su cauce, que lo convierten en un auténtico espectáculo visual.

El tramo que va desde la comunidad de San Pedro hasta El Mezquital, pasando por Paso de Botella, La Encantada y Tanlú, ofrece alrededor de 30 kilómetros navegables. Este recorrido es ideal para quienes buscan una experiencia inmersiva en la naturaleza, ya que permite realizar actividades como kayak, senderismo, ciclismo de montaña e incluso natación en algunas zonas de corriente tranquila.

El río Santa María se caracteriza por su color azul turquesa
El río Santa María se caracteriza por su color azul turquesa

A diferencia de otros destinos turísticos del estado, el río Santa María permanece casi virgen, con escasa intervención humana y sin grandes desarrollos turísticos, lo cual permite que se conserve su equilibrio ecológico. Visitantes y locales coinciden en que el lugar transmite una sensación única de paz, donde el silencio sólo es interrumpido por el murmullo del agua y el canto de las aves.

El ecosistema que rodea al río también es notable por su biodiversidad. En sus orillas es posible encontrar vegetación riparia, nopaleras, y especies endémicas de aves y reptiles.

El río Santa María no sólo divide territorios, sino que une a quienes lo visitan con una parte esencial de la belleza natural potosina, esa que aún resiste intacta al paso del tiempo.

Así, Santa Catarina se consolida como un destino imprescindible para quienes buscan una experiencia auténtica, lejos del bullicio, en uno de los escenarios más impactantes de México.

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