Para el pueblo wixárika o huichol, es el lugar donde nació el Universo. Según la leyenda de esta etnia, el abuelo fuego Tatewari guió a los dioses hasta la cima del Cerro del Quemado, donde el sol se elevó por primera vez e iluminó el resto del mundo.

Debido a su importancia cultural, el desierto de Wirikuta se incluyó en la Red Mundial de Sitios Sagrados Naturales de la UNESCO desde 1998. Este espacio abarca parte de los municipios de Catorce, Charcas, Matehuala, Villa de Guadalupe, Villa de La Paz y Villa de Ramos, en San Luis Potosí, de acuerdo con VisitMéxico.

Cada año, los wixaritari  peregrinan hasta la punta del Cerro del Quemado, en donde se localiza un espiral hecho de piedras. Desde aquí, los viajeros disfrutan la amplia vista hacia el cielo despejado, repleto de estrellas.

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El blog especializado Turismo de Estrellas agrega que la mejor manera para realizar este trayecto es a caballo, con respeto absoluto hacia las tradiciones indígenas y al medio ambiente.

Es recomendable visitar Wirikuta en otoño, cuando las temperaturas son más agradables y te parecerá más fácil transitar la zona.

Si bien no es un destino recreativo, sí es un espacio que invita a la introspección, a disfrutar de los paisajes en su estado salvaje, de las noches plagadas de estrellas.

También puedes llegar por tu cuenta, pero al ser un espacio con pocas señalizaciones y que no está habilitado para el arribo masivo, quizás lo mejor sea que acudas en grupo y con expertos.

La empresa organiza periódicamente excursiones de varios días a Wirikuta, la tierra sagrada de los huicholes.

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