El gobierno de municipal de San Luis Potosí y la aplicación Rappi promoverán que negocios gastronómicos sigan con sus ventas mediante servicios como la entrega de alimentos a domicilio, con todas las medidas sanitarias vigentes.

Esto se logró gracias a la intervención del presidente municipal, Xavier Nava Palacios, y los representantes de dicha aplicación, a fin de que las pequeñas y medianas empresas de este sector, sus propietarios, trabajadores y operadores mantengan esas fuentes de empleo.

“Con esta alianza se busca proteger la salud de la población, además de disminuir los efectos que la crisis tendrá en los negocios de la ciudad", dijo.

Nava Palacios insistió en que mientras la población se mantiene en casa para limitar el contacto físico, para reducir el impacto económico que puede generar la propagación del Covid-19 en la industria restaurantera local se llevó a cabo esta unión de esfuerzos.

Es importante mencionar que Rappi se ha convertido en un gran aliado en toda América Latina gracias a los protocolos sanitarios que la compañía ha puesto en marcha a través de la plataforma para usuarios y repartidores, entre esas medidas se encuentra la entrega sin contacto.

Además, otorga recomendaciones a restauranteros para que todas sus órdenes estén debidamente selladas en envases a prueba de manipulaciones.

“Si no salimos a repartir, no comemos"

La contingencia por coronavirus no ha disminuido los ingresos de quienes se dedican a repartir comida que usuarios piden a través de aplicaciones móviles; no obstante, existe el temor entre ellos de contagiarse de Covid-19 por seguir laborando de manera regular y que la enfermedad les impida trabajar, pues aseguran que prácticamente viven al día.

En entrevista, un joven estudiante potosino y repartidor de la aplicación Rappi señaló que, derivado de que muchas personas prefieren no salir de sus hogares, se ha mantenido el número de servicios para llevar comida a domicilio.

“También hay más pedidos de otro tipo de cuestiones, como ir por medicinas a farmacias, incluso hacer el mandado a supermercados”, contó.

Señaló que él no puede dejar de salir a trabajar porque no tendría dinero para comer, mucho menos para pagar la renta y otros servicios. Agregó que en esta situación se encuentra la mayoría de los compañeros que conoce, quienes siguen operando pese a las recomendaciones de las autoridades en salud.

Subrayó que emplea medidas sanitarias en la medida de lo posible, como ponerse gel antibacterial después de cada servicio y cambiar su tapaboca dos o tres veces por día. Indicó que no entrega los pedidos en la mano de los clientes, sino que los deja al pie de las puertas de sus casas.

El repartidor insistió que su mayor preocupación es enfermar de Covid-19 y que eso le impida trabajar.

etp

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