Durante los últimos dos años, el sistema hídrico de El Realito ha provocado que la capital de San Luis Potosí se quede sin agua por un total de 300 días, debido a las repetidas fallas en el acueducto que abastece la capital potosina.
En lo que va de 2025, el sistema ha fallado en seis ocasiones, la más reciente de ellas hace apenas dos días. Y en mes de marzo el acueducto falló dos veces.
Ante estas constantes fallas, el Interapas ha tomado medidas para hacer frente a la crisis de agua, implementando el uso de pipas, tandeo de agua por red, y trabajando en la rehabilitación y perforación de pozos en la zona metropolitana.
En 2024, después de un año sin actividad, el acueducto presentó seis fallas, lo que provocó un aumento considerable en la necesidad de intervención de las autoridades.
El Interapas ha optado por una estrategia para mitigar los efectos de las fallas de El Realito. En los últimos dos años, el organismo ha rehabilitado casi 70 pozos y perforado seis más, varios de los cuales están destinados a funcionar como reserva en caso de nuevas fallas del acueducto.
Además, se ha implementado un proyecto de sectorización para llevar agua por red a las colonias que dependen de las pipas para el abastecimiento de agua.
Sin embargo, pese a los intentos de mitigar la crisis de El Realito colonias como: Cecilia Occelli, Valle Dorado, Hermenegildo J. Aldana, Jardines de Oriente, Central, Capricornio, Esmeralda y San Patricio. Al sur Balcones del Valle, Satélite, Himno Nacional 1ra. y 2da. Sección, mientras que en el poniente, Monterra, Terrazas del Pedregal, Miravalle, Garita de Jalisco y Colinas del Parque, son las que se ven más afectadas cada que el acueducto presenta una nueva falla.
Aunque el Interapas ha activado sistemas de emergencia, como los pozos de reserva, la cantidad y calidad de agua proporcionada por estos recursos alternativos no siempre es suficiente para satisfacer la demanda.
Por lo que estas fallas tan constantes han puesto en evidencia el deterioro de la infraestructura del acueducto, así como la falta de un plan a largo plazo que asegure la estabilidad del sistema de abastecimiento.