La solemnidad, el recogimiento y la fe se hicieron presentes en la misa de envío que encabezó el arzobispo Jorge Alberto Cavazos, dirigida a todas las cofradías que este Viernes Santo participarán en la tradicional Procesión del Silencio de San Luis Potosí.

La celebración litúrgica se llevó a cabo en un ambiente de profundo respeto, con sus estandartes al frente, cofrades de agrupaciones como Santa Cruz, San Miguelito, El Señor del Saucito, Cofradía del Desendimiento y Los Carmelitas Descalzos, entre otros, ingresaron al templo junto con el arzobispo, quien les ofreció palabras de aliento, bendijo sus símbolos y los animó a continuar con su labor de fe, que ha perdurado a lo largo de generaciones.

Misa de envío rumbo a la Procesión del Silencio
Misa de envío rumbo a la Procesión del Silencio

“Sabemos que habrá cansancio, que los pies dolerán y que la carga puede parecer pesada, pero también sabemos que no caminamos solos, lo hacemos con Cristo, por Cristo y para recordar el misterio más grande de nuestra fe: su pasión y muerte por amor”, dijo monseñor Cavazos en la homilía.

La misa se realizó con una participación nutrida de feligreses y cofrades que escucharon las palabras del arzobispo, quien también hizo un llamado a vivir estos días santos con recogimiento, humildad y esperanza, destacando que cada paso dado en la Procesión del Silencio es una oración que se eleva por la paz y la fe de todo el estado potosino.

Previo a la celebración eucarística, el padre Javier Jorge ofreció una charla formativa para los integrantes de las cofradías, en la que reflexionó sobre el sentido espiritual de la procesión y el compromiso que implica ser parte de esta manifestación religiosa que cada año atrae a miles de personas, tanto de San Luis Potosí como de otras partes del país.

“Ser parte de una cofradía no es un adorno, es un llamado. No se trata de caminar por costumbre, sino con el corazón puesto en cada paso”, expresó el sacerdote, invitando a todos los presentes a vivir esta experiencia con profundidad y convicción.

Con la bendición impartida, los estandartes alzados y la fe renovada, las cofradías potosinas están listas para dar vida a una de las tradiciones más sentidas de la Semana Santa. El próximo Viernes Santo, el silencio volverá a hablar fuerte en las calles del Centro Histórico.

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