Desde hace ocho años, Luisa Guadalupe López Camacho y su familia viven con el constante temor de un día perder su casa ubicada en la colonia San Lorenzo en Soledad de Graciano Sánchez, por las inundaciones y filtraciones de agua provocadas por las lluvias y una mala gestión mobiliaria en la zona.
La calle Santander de la colonia San Lorenzo es una de las zonas con mayores afectaciones dentro del municipio cada temporada de lluvias, pues hasta este punto llega el flujo de las precipitaciones y no tiene un buen caudal en donde se pueda ir el agua, lo que provoca inundaciones que afectan la salud de las y los habitantes al mezclarse con los deshechos humanos de los drenajes.
Con la ilusión de tener un techo seguro para sus hijos, Luisa Guadalupe adquirió su vivienda en la calle mencionada, la cual sacó con un crédito a 30 años, sin imaginar que sería una inversión riesgosa con el paso de los años.
“Los primeros años lloraba, veía entrar el agua y me lamentaba, ahorita es más la angustia de estar así”, comentó en entrevista para EL UNIVERSAL San Luis Potosí.
Para frenar las inundaciones al interior de su casa, al igual que sus vecinos, mandó a construir una barda de menos de un metro de altura frente a su puerta principal y ventanas, medida que ha ido quedando obsoleta, pues con cada inundación la tierra en donde están asentadas las casas se ha ido removiendo y ha provocado hundimientos en las casas y sus patios traseros, por donde en los últimos años se les ha metido el agua.
“Yo, por ejemplo, ya no compré muebles, porque digo 'se me va a echar a perder', al inicio compraba, pero con la temporada de lluvias se me echaban a perder, de ahí me desilusioné mucho”, agregó.
Tras el inicio de la temporada de lluvias en San Luis Potosí, su principal preocupación, más allá de que el interior de su casa se inunde o que las aguas negras se filtren por su aljibe y no puedan consumir agua potable, radica en que esta situación ya ha creado problemas en la salud de sis hijos, desde problemas estomacales a respiratorios.
Explicó que uno de sus hijos desarrolló una alergia al polvo, ya que una vez que se evapora el agua de la inundación, el lodo que deja el drenaje se convierte en tierra que inevitablemente aspiran, pues no siempre las autoridades del municipio llegan a quitarlo.
Con las lluvias de la última semana, para evitar una crisis en su hija de 12 años, según dijo, ha optado por llevarse a sus hijos a la casa de una de sus hermanas, para que los menores estén más tranquilos y saludables, aunque no siempre puede hacerlo, ya que a veces la caída de lluvia es repentina.
Respecto a la actuación de las autoridades, dijo que tanto el Interapas como el Ayuntamiento de Soledad se “echan la bolita”, pues por un lado la administración municipal en turno sólo les contesta que van a ir a checar la zona desde hace algunos años atrás, mientras que el Interapas les han comentado que no hay presupuesto o que no se puede quitar la barda al final de la calle para que el agua pueda fluir acorde con su cauce.
Luisa Guadalupe hizo un llamado a las autoridades en turno para que tomen cartas en el asunto y evitar que más de 15 familias que habitan en la calle puedan perder su patrimonio e inclusive la vida por los problemas de salud generados por las inundaciones con cada lluvia.