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En Argentina, considerada el país de la crisis cíclicas, los últimos problemas económicos amenazan la reelección el próximo año del Presidente Mauricio Macri, cuando la inevitable recesión hundirá el Producto Interno Bruto (PIB) a 0% y la tasa inflacionaria alcanzará 25%, de acuerdo con expertos y reportes de las agencias calificadoras.
En un mensaje dramático “desde el corazón”, minutos antes de que abriera el mercado cambiario el lunes, el conservador Macri, empresario y ex alcalde de Buenos Aires, anunció por televisión una serie de nuevas medidas de austeridad para recortar a la mitad los ministerios del gobierno e incrementar el impuesto a las exportaciones de cereales, uno de los principales productos agrícolas del país sudamericano.
“Tengo que pedirles que entiendan que ésta es una emergencia y que necesitamos su apoyo”, declaró Macri en referencia a los exportadores que deberán pagar el impuesto adicional.
Argentina es uno de los mayores productores mundiales de maíz, trigo y semilla de soya, además de ser el mayor productor de harina y aceite de soya, dos productos clave en la alimentación del ganado que hace una década impulsaron el auge de las ventas a los mercados asiáticos, pero profundizaron la dependencia en las materias primas.
El martes, Nicolás Dujovne, Ministro de Economía, se reunió con Christine Lagarde, titular del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, donde afirmaron que trabajan para mejorar un acuerdo de reserva suscrito con el Consejo Ejecutivo de la institución en junio.
Ante las crecientes dificultades de su divisa, en mayo Argentina solicitó USD$30 mil millones al FMI en un desesperado intento de frenar la inflación y evitar una corrida bancaria.
Como parte del acuerdo a tres años, el gobierno ha recibido USD$15 mil millones y obtendría USD$3 mil millones adicionales el próximo mes.
Desafortunadamente, los planes anunciados por Macri y el paquete de rescate, que suma un máximo de USD$50 mil millones—la mayor línea de crédito en la historia del FMI—no fueron recibidos como se esperaba en los mercados internacionales y el peso cayó con las noticias, acercándose a 40 por dólar.
El peso se ha colapsado este año, mientras los inversionistas expresan su preocupación por la capacidad del gobierno para saldar sus deudas.
Ha perdido más de 50% de su valor frente al dólar, como muchas otras monedas de los mercados emergentes que están bajo presión.
Casi 70% de la deuda oficial argentina fue contraída en divisas extranjeras y el derrumbe del peso dificulta cada vez más a las autoridades pagar sus adeudos.
Mensaje pregrabado
En su mensaje pregrabado, Macri culpó a la corrupción del antiguo gobierno peronista encabezado por Cristina Fernández de Kirchner—ella misma bajo investigación—, a la sequía, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como la falta de unidad entre los argentinos.
De 59 años, enfatizó que los últimos cinco meses han sido los peores en su vida personal desde que fue secuestrado en 1991 por elementos delictivos de la policía federal, aunque varios analistas advirtieron que las últimas medidas adoptadas por el mandatario incumplieron las expectativas.
“Hemos visto muchas crisis en Argentina desde los años 90, incluyendo la crisis del régimen de convertibilidad que llevó al ‘corralito’ de cuentas bancarias congeladas… en la raíz se halla una crisis política, el factor Kirchner todavía no se ha aclarado y Macri no se ha consolidado como un presidente sólido y estable. Como México y América Latina, Argentina padece de cacicazgos y luchas de poder que están dañando al país”, aseguró Antonio Sandoval, analista independiente mexicano.
Respecto a los errores cometidos por Macri desde que asumió en 2015, como el levantamiento prematuro de los controles cambiarios y la aplicación de una política gradualista para corregir los desequilibrios heredados de Fernández y su desaparecido esposo, el presidente Néstor Kirchner (2003-2007), Sandoval destacó que “tu envías señales concretas para mover a los indicadores económicos”.
“Tuvo que ser hasta mayo cuando el gobierno de Macri se comprometió a las reformas y solicitó el crédito de USD$50 mil millones. Sin embargo, los mercados no quieren más palabras, quieren acciones y ésa es la razón de la violenta reacción que observamos la semana pasada, cuando las tasas de interés llegaron a 60% y son las más altas del mundo. Se comprometieron a reducir el déficit fiscal a 1.3% el próximo año mediante un ajuste brutal que ralentizará la economía y es casi un hecho que esto causará una recesión”, dijo a EL UNIVERSAL in English.
Este año la inflación alcanzará 40%, por arriba de la meta oficial de 15%, al tiempo que la pobreza se ubica en 35% de la población.
La semana pasada, la agencia calificadora Moody’s calculó que el PIB se contraerá en 1% en 2019, en comparación con las expectativas previas de un avance de 3%.
No es otra vez 2001, el año de la corrida bancaria y del ‘corralito’ que siguieron al fracaso total del peso pegado al dólar provocando la caída del presidente Fernando de la Rúa, pero se parece mucho.
Por fortuna para Macri, por el momento la oposición es débil y carece de un candidato viable para las elecciones generales del 27 de octubre de 2019, hasta el grado en que el nombre del economista Roberto Lavagna fue propuesto por el ex mandatario Eduardo Duhalde como aspirante presidencial del campo no kirchnerista.
Lavagna fue ministro de Economía y Producción en 2002-2005 y se le atribuye la reestructuración de la deuda que contribuyó a estabilizar el país.
Editado por Sofía Danis
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