Más Información
El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, pidió al Senado legislar a favor del matrimonio del mismo sexo, pues en países democráticos los gobernantes no deben decidir cómo los ciudadanos deben vivir.
“Como legisladores no lo tomen a mal, están para decidir cómo la gente debe vivir, como senadores están ahí para ver la realidad, que vean que las sociedades son más avanzadas de lo que creen y para decirles que la homosexualidad no es una elección, quiero decir que hay que aceptarse a sí mismo. Tuve miedo de hablar de esto por cómo iba a reaccionar mi familia, cómo iban a reaccionar mis padres, mis amigos si soy gay, pero tuve que aceptarme a mí mismo”, expresó.
Bettel, quien es el primer ministro homosexual en todo el mundo, dijo que modificar las leyes para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, no es para “reivindicar algo”, sino reconocer una situación que existe, pues cada día el número de jóvenes que se suicidan, en algunos casos es porque “no pudieron aceptar su propia sexualidad cuando se vive en una sociedad”.
“Las sociedades son más avanzadas de lo que creen. La homosexualidad no es una elección, quiero decir que hay que aceptarse a sí mismo. Tuve miedo de hablar de esto por cómo iba a reaccionar mi familia, cómo iban a reaccionar mis padres, mis amigos si soy gay, pero tuve que aceptarme a mí mismo. La homosexualidad no es una elección, la homofobia es una elección”, afirmó.
Durante su participación en la sesión solemne, el primer ministro de Luxemburgo, también les recomendó legislar a favor de las mujeres, para que puedan desempeñarse profesionalmente y laborar al mismo tiempo, así como, despenalizar el aborto.
“Esta elección pertenece a la mujer, que debe discutir esto con su esposo, pero es una elección personal y no es el Estado, el gobierno, quien debe decir de qué manera la gente debe vivir”, refirió.
Xavier Bettel hizo hincapié en que haya más leyes a favor del medio ambiente, aun cuando éstas no sean “las decisiones más populares”, ya que como políticos tienen una responsabilidad con la ecología, la cual no debe estar peleada con la economía.