El presidente francés Emmanuel Macron dijo el domingo que los bombardeos en Siria no fueron una declaración de guerra contra el régimen de Bashar al Asad y aseguró haber convencido a su par estadounidense, Donald Trump de "permanecer" en Siria.

"No declaramos la guerra al régimen de Bashar al Asad", afirmó Macron en una entrevista televisiva, después de que su país, junto con Estados Unidos y Reino Unido, realizaran el sábado bombardeos contra tres sitios vinculados al programa de armamento químico sirio.

Sin embargo, insistió en que era necesario enviar un mensaje de que el uso de armas químicas no quedaría impune.

"Lo que quiero que entiendan es que tenemos plena legitimidad internacional para intervenir en este caso", dijo Macron en su primera intervención pública desde el ataque lanzado en represalia contra el régimen sirio.

"Fue la comunidad internacional la que intervino", agregó, reiterando que Francia y sus aliados obtuvieron "pruebas" de que Al Asad utilizó cloro en el ataque del 7 de abril.

Señaló además que la operación fue conducida "perfectamente", sin dejar víctimas colaterales.

Los ataques occidentales se concentraron en centros de investigación y sitios militares vinculados al programa de armas químicas del régimen de Bashar al Asad, cerca de Damasco y en el centro del país, en respuesta a un presunto ataque químico en la ciudad de Duma que mató a al menos 40 personas.

En cuanto a sus aliados, Macron aseguró haber desempeñado un rol clave para convencer al presidente estadounidense Donald Trump de no retirar a sus tropas de Siria.

"Hace 10 días el presidente Trump decía que Estados Unidosconsideraba irse de Siria (...), lo convencimos de que era necesario permanecer a largo plazo", declaró, en una entrevista televisiva en directo de más de dos horas.

"Lo convencimos también que había que limitar los bombardeos a las armas químicas, en un momento en el que había furor mediático a través de Twitter".

A pesar de las tensiones con Rusia, Macron hizo hincapié en la necesidad de "hablar con todos", incluyendo con los aliados de Al Asad, para lograr un solución política al conflicto en Siria, fracturada por siete años de guerra.

Para lograr una "solución duradera", "debemos hablar con Irán, Rusia y Turquía", dijo el jefe de Estado, quien insiste en la necesidad de mover las líneas de fractura diplomáticas entre occidentales y los otros actores de la crisis.

Esta fue la primera operación militar de envergadura ordenada por Emmanuel Macron, que asumió la presidencia hace menos de un año.

En 2017, el presidente francés había dicho que el uso de armas químicas supondría para él una "línea roja" y que conllevaría "una respuesta inmediata" por parte de Francia.

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