Tras las denuncias de varias mediáticas que acusaron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de mantener relaciones sexuales con ellas mientras estaba casado o de abusar de ellas, el republicano enfrenta un nuevo problema tras la confesión de una mujer que trabajó para su campaña presidencial de 2016.

Alva Johnson aseguró que el por entonces rival de Hillary Clinton en la carrera a la Casa Blanca la besó sin su consentimiento en una pequeña reunión de simpatizantes, antes de un mitin de Florida.

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Según lo publicado por The Washington Post, la mujer presentó una demanda en la que cuenta que Trump la tomó de la mano y se inclinó para besarla en los labios mientras salía de un vehículo en Tampa, el 24 de agosto de 2016. Johnson dijo que ella corrió la cabeza y que el beso se lo dio al costado de su boca, lo que ella llamó "súper-espeluznante e inapropiado".

"Inmediatamente me sentí violada porque no la esperaba ni lo quería. Todavía puedo ver sus labios dirigiéndose directamente a mi cara", declaró.

Luego del incidente Johnson, de 43 años, contó lo ocurrido a su novio, a su madre y a su padrastro. Dos meses después, consultó a un abogado, que le dijo que no era un caso rentable y le recomendó un terapeuta, cuyas notas, que el diario estadounidense revisó, hacen referencia a un evento no especificado durante la campaña que la había dejado perturbada.

La mujer ahora quiere que se reconozca su causa contra el presidente por daños no especificados por dolor y sufrimiento emocional. La demanda federal fue presentada en Florida y también alega que durante la campaña discriminó a Johnson, que es negra, al pagarle menos que a sus homólogos blancos. Sin embargo, una de las portavoces de la campaña, Kayleigh McEnany, rechazó esa afirmación y la calificó de infundada.

Johnson dijo que al principio no estaba segura si contar o no lo que le había sucedido pero que se vio obligada a pensar en forma seria al respecto después del famoso video que se hizo viral en el que Trump presumía sobre besar a mujeres sin su consentimiento.

"He tratado de olvidarlo. Quiero seguir adelante con mi vida. Pero no duermo. Me levanto a las 4 de la mañana mirando las noticias. Me siento culpable. Lo único que hice fue ir a trabajar", aseguró.

Una mujer que creyó en Trump

Johnson es madre de cuatro hijos. Trabaja como organizadora de eventos, vive en el condado de Madison, en Alabama, y no tiene una larga historia de activismo político. Se inscribió como demócrata hace varios años. Votó por Barack Obama en 2008 y 2012, pero pensó que Trump podría utilizar su experiencia empresarial para ayudar a las comunidades del país que tienen problemas. Por eso lo apoyó.

Al presidente lo conoció en un encuentro en noviembre de 2015 en Birmingham, Alabama. Dijo que la miró de arriba abajo y dijo algo así. "Oh, hermosa, hermosa, fantástico". A los dos meses, tras decidir no dar trascendencia al comentario, comenzó a trabajar como directora de campañas y coaliciones en Alabama, pensaba que podía poner su experiencia en recursos humanos y planificación de eventos para usar en política. Meses después, fue asignada a Florida. Su principal responsabilidad era administrar los vehículos recreativos que funcionaban como oficinas móviles.

Estaba justo dentro de uno de estos autos cuando fue abusada por el entonces candidato. Trump se acercó a la caravana, ella le dijo que estaba haciendo un buen trabajo, reunió a un grupo de voluntarios que quería una foto con él, la gente se dispersó, el ahora presidente la tomó de la mano, le dio las gracias y se inclinó hacia ella.

"Vino directamente a mis labios. Así que giré mi cabeza y me besó justo en la esquina de mi boca, sosteniendo mi mano todo el tiempo. Luego se fue". Según declaró, Johnson se quedó allí, humillada. Siguió trabajando. Renunció tres semanas antes de la elección.

La desmentida

En un comunicado, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, rechazó la afirmación de Johnson y la tildó de "absurda". "Esto nunca sucedió y se contradice directamente con múltiples comentarios de testigos oculares altamente creíbles", escribió.

Dos simpatizantes de Trump que Johnson identificó como testigos, una oficial de campaña y Pam Bondi, entonces fiscal general de Florida, negaron haber visto el supuesto beso.

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