Las declaraciones de Donald Trump este jueves de que cree a Kim Jong Un cuando éste afirma que no sabía nada de la tortura del estudiante estadounidense Otto Warmbier en Corea del Norte desencadenó una serie de reacciones negativas en Estados Unidos.

El presidente estadounidense aparentemente respaldó así la postura del líder norcoreano en el caso de Warmbier, un estudiante que murió al regresar de Corea del Norte en 2017.

Un juez estadounidense ordenó en 2018 a Pyongyang pagar una indemnización de 501 millones de dólares por la muerte de Warmbier, liberado por Corea del Norte en coma y muerto días después en Estados Unidos, al considerar que el estudiante universitario probablemente fue objeto de torturas.

"Conocía el caso muy bien, pero lo supo más tarde", dijo Trump sobre Kim al concluir su cumbre nuclear en Hanoi, agregando que cuando Warmbier estuvo detenido le sucedieron "algunas cosas horribles".

Kim "me dijo que no había sabido nada de aquello, y creo su palabra", dijo el mandatario, que ha ido desarrollando una estrecha relación con Kim en el marco de su diálogo por la desnuclearización de la península coreana.

Sus comentarios sobre Warmbier levantaron una ola de condenas entre los congresistas demócratas, que ven en el gesto el último ejemplo del presidente de que acepta las desmentidas de líderes autocráticos como el ruso Vladimir Putin o el príncipe saudí Mohamed bin Salman.

La presidenta de la Cámara de Representantes y líder de la mayoría demócrata, Nancy Pelosi, dijo que pensaba que había "algo malo" en el presidente si elige "rufianes" como Putin o Kim por sobre la comunidad estadounidense de inteligencia.

"El falso arresto de Otto Warmbier y el brutal asesinato fue un incidente internacional. Claro que Kim sabía de ello", afirmó por su parte en Twitter el senador Mark Warner, el principal demócrata del Comité de inteligencia del Senado.

"Aparentemente, el presidente de Estados Unidos es el único que cree esa mentira tan obvia", agregó.

Warmbier, un estudiante de la Universidad de Virginia, viajó a Corea del Norte en una gira pero no regresó a casa. Fue detenido en ese país acusado de delitos contra el Estado por presuntamente quitar un cartel en apoyo al líder Kim Jong Un.

Cuando finalmente regresó a su país en 2017, tras 17 meses preso, estaba conectado a un tubo de alimentación y profería ruidos incomprensibles, según se señaló en el fallo. Se había quedado ciego y sordo, y tenía los ojos hinchados y a los pocos días falleció.

Corea del Norte negó los malos tratos a Warmbier, y sostuvo que contrajo botulismo mientras estaba detenido.

Un enojado Adam Schiff, el congresista demócrata que encabeza el Comité de Inteligencia en la Cámara de Representantes, calificó la aceptación de las afirmaciones de Kim por parte de Trump de "detestable", y el senador Chris Van Hollen consideró que Estados Unidos "no puede dar a Kim Jong Un vía libre para torturar y asesinar a uno de los nuestros".

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