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Las cinco cárceles más corruptas del país se ubican en la Megalópolis, concluyó un análisis de datos del World Justice Project México.
De acuerdo con el documento, la Ciudad de México, el Estado de México y Puebla son las tres entidades que albergan los cinco centros de reclusión con mayores índices de corrupción en el país.
El Reclusorio Preventivo Varonil Oriente en la CDMX y el Centro de Reinserción Social estatal de Puebla encabezan la lista con un 43 por ciento de corrupción cada uno, según datos de la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad del INEGI publicada en 2017 y que fueron utilizados para realizar el análisis.
A estos dos centros les sigue el Reclusorio Preventivo Varonil Sur, con 41 por ciento; el Centro de Prevención y Readaptación Social Chalco, 33 por ciento y el Centro de Prevención y Readaptación Social Nezahualcóyotl, 30 por ciento.
El análisis titulado “Nuestros muchachos ¿cómo son los jóvenes en las cárceles del país?”, advierte que en México el 28.8 por ciento de la población carcelaria está compuesta por jóvenes de 18 a 28 años de edad.
“Se trata de jóvenes que ingresan más que a centros de readaptación social, a auténticas universidades del crimen”, afirma.
Es decir, que 3 de cada 10 reclusos son jóvenes menores de 29 años y según la encuesta realizada por el Inegi, al menos uno de esos tres ha tenido que pagar a otros internos, se siente inseguro en la cárcel, ha sido robado o ha sufrido agresiones físicas porque intentó defenderse de los demás reos.
Los datos revelan que uno de cada cuatro sentenciados por el delito de secuestro son jóvenes, uno de cada dos menores de 29 años se declararon culpables, uno de cada cuatro de los que se declararon culpables lo hicieron por presión y uno de cada seis se declaró culpable porque fue agredido físicamente.
El estudio retoma los datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre el ranking de las peores cárceles del país.
El primer lugar de las 10 peores cárceles de México lo ocupa el Centro Regional de Reinserción Social Chilpancingo de los Bravo; le sigue la Penitenciaría Central del estado de Oaxaca; el Centro de Reinserción Social Benito Juárez, en Cancún, Quintana Roo; el Centro de Reinserción Social de Actopan, Hidalgo y el Centro de Rehabilitación Social de Venustiano Carranza en Nayarit.
Los siguientes 5 lugares de los peores centros de reclusión según la CNDH son el Centro de Reinserción Social Taxco de Alarcón; el Centro Regional de Reinserción Iguala de la Independencia, ambos en Guerrero; el Centro de Readaptación de Ciudad Victoria, Tamaulipas; el Centro de Reinserción de Tula de Allende y el Centro de Reinserción Social de Tulancingo, ambos en Hidalgo.