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La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) identificó que los cárteles mexicanos explotan el contrabando de efectivo a granel, colocan los ingresos de sus actividades en el sistema financiero estadounidense —logran esto por medio de integrantes de la comunidad china asentada en Estados Unidos— y transfieren, a través de una vía electrónica, los recursos a cuentas mexicanas.
“[Los cárteles] utilizan varias metodologías para contrarrestar la aplicación de la ley y los esfuerzos para identificar y confiscar el producto de sus ilícitos procedente de Estados Unidos”, indicó la DEA en el informe Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas 2019.
“El mercado negro mexicano de lavado de dinero, a través de redes de corredores de dinero y el uso del servicio de casas de cambio, transfiere los ingresos de los cárteles de droga a México por medio de negocios de divisas, compra de activos con dinero en efectivo y el uso de empresas fachada para recibir transferencias electrónicas y ocultar la verdadera identidad de los beneficiarios de esos ingresos”, señala el informe.
Asimismo, el documento señala que la administración identificó una tendencia alarmante en la creciente presencia de organizaciones de lavado de dinero asiáticas en los negocios de tráfico de droga.
Lo anterior se debe a que el gobierno de China impuso un límite en las transacciones de divisas chinas a Estados Unidos por el conflicto comercial existente entre ambos países.
Este límite implica que los ciudadanos chinos radicados en la Unión Americana solamente pueden hacer transacciones bancarias anuales por un máximo de 50 mil dólares, así como realizar disposiciones en efectivo por un total máximo de 15 mil dólares anuales, lo que resulta insuficiente para cubrir sus gastos en otros países, incrementando con ello la demanda de dólares en efectivo entre los integrantes de la comunidad china.
“La demanda de ciudadanos chinos para transferir su riqueza fuera de China y en Estados Unidos ha incrementado la demanda de compra de dólares estadounidenses; por ello, las organizaciones asiáticas de lavado de dinero están ansiosas de adquirir dólares estadounidenses que sean producto de la droga directamente con los cárteles mexicanos, a quienes les pagan en pesos”, detalla el informe.
“Las organizaciones de lavado de dinero asiáticas revenden los dólares estadounidenses a clientes [Ciudadanos chinos que están en Estados Unidos] a fin de obtener ganancias, normalmente a cambio de pagos en moneda china”.
Una vez que los recursos se encuentran en manos del último comprador de los dólares adquiridos por los cárteles mexicanos, el ciudadano de origen chino que vive en territorio estadounidense lo utiliza para sufragar sus gastos en ese país, formando así un esquema circular de flujo de efectivo.
Esta demanda de dólares estadounidenses por parte de la población china le ha funcionado a los cárteles mexicanos para modificar el esquema de lavado de dinero que realizan dentro de Estados Unidos.
Las organizaciones de lavado de dinero no sólo trabajan con mexicanos: la DEA también identificó que colaboran en el blanqueo de activos de los grupos colombianos, además de que participan directamente en el tráfico de drogas en Estados Unidos, con redes de distribución en todo el territorio estadounidense.
Las organizaciones criminales asiáticas, de acuerdo con el informe de la administración, se especializan en el tráfico de marihuana y MDMA, así como de cocaína y metanfetamina, aunque en menor medida.
La DEA también afirmó que existe evidencia de que los cárteles mexicanos utilizan las llamadas bitcoins como un medio para transferir su riqueza a nivel internacional.
Vínculos en territorio estadounidense
El informe de la DEA también establece que algunos integrantes de los cárteles mexicanos radican en Estados Unidos para supervisar las actividades de las organizaciones mientras ellos se ocultan en las comunidades mexicano-estadounidenses de ese país.
“Ingresan a los Estados Unidos legal o ilegalmente y a menudo buscan esconderse dentro de las comunidades mexicano-estadounidenses densamente pobladas”, dice el informe.
La administración señaló que mientras los connacionales trabajan en territorio estadounidense para los cárteles mexicanos ascienden dentro de la estructura organizacional de los mismos y después de años de exitosa actividad en el extranjero regresan a México.
Precisó que el Cártel de Sinaloa, por ejemplo, mantiene su mayor influencia con mexicanos posicionados a lo largo de la costa occidente, en el medio oeste y el noroeste de Estados Unidos.
“El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) continúa siendo el organismo delictivo mexicano con la segunda mayor influencia nacional extendida en el territorio estadounidense”, refiere.
De igual manera, en el documento se asegura que el Cártel de los Beltrán Leyva mantiene actividades dispersas en todo Estados Unidos y concentra a la mayoría de sus integrantes en zonas con grandes mercados de heroína.
La DEA indicó que las estructuras de los cárteles mexicanos que operan en Estados Unidos normalmente funcionan como cadena de suministro.
“Los operadores de la cadena son conscientes de su función específica; sin embargo, desconocen otros aspectos del cártel. En la mayoría de los casos, los individuos contratados para transportar los cargamentos de droga en Estados Unidos son ‘contratistas’ independientes y pueden trabajar para múltiples cárteles mexicanos.
“La cantidad de grupos de transporte de droga está aumentando en algunas áreas y a menudo transportan envíos más pequeños”, explica el documento.
En algunas ocasiones, las organizaciones mexicanas colaboran directamente con los grupos criminales y pandillas locales de Estados Unidos con el objetivo de distribuir y transportar drogas a nivel minorista.