El IFT alertó al Senado que en un año podrían generarse 3.7 millones de llamadas en teléfonos celulares por parte de la delincuencia desde penales federales y estatales para cometer ilícitos.

En un estudio, que envió a la Cámara Alta, el órgano regulador explica que llevó a cabo un análisis por tres semanas en siete penales (tres federales y cuatro locales), con distintas características sobre telefonía móvil y telefonía fija en los centros de reclusión.

En el caso de telefonía móvil, los resultados arrojan que, con una población estimada de 20 mil reos en los siete penales, se encontraron 947 equipos “sospechosos” y durante la primera semana del levantamiento de datos, los aparatos estuvieron relacionados con 2 mil 259 IMSls (Identidad Asociada de Abonado Móvil, por sus siglas en inglés).

“El conjunto de equipos sospechosos en los siete penales, cuyo número varió cada semana, fueron la fuente de 219 mil 700 llamadas en el periodo. Si se hace anual esta estadística, arroja una cantidad de 3.7 millones de llamadas”.

Se considera un equipo sospechoso aquel que se conecte a la radio base más cercana al penal; un número atípico de llamadas salientes; el número elevado de IMSIs funcionando con un solo equipo o IMEI (IMEI, Identidad Internacional de Equipo Móvil, por sus siglas en inglés), y el índice promedio de intensidad en el uso de un equipo para realizar llamadas.

Señala que el uso generalizado de equipos dentro de los 7 penales, relacionados a la radio base de al menos una empresa evidencia la “inutilidad de los equipos bloqueadores de señal instalados”.

En el caso de telefonía fija, se analizaron ocho semanas durante los primeros ocho meses de 2017 en siete penales, cinco de ellos con un mensaje de prevención que indica que la llamada se origina en un centro de reclusión.

En total se analizaron 544 mil 513 llamadas y en los cinco centros que cuentan con mensajes de prevención el rechazo de llamadas alcanzó 25% del total.

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