Este lunes fueron asesinados al menos nueve miembros de la  en los límites de los estados de Sonora y Chihuahua, supuestamente por una emboscada de los cárteles de droga.

Los muertos incluían unos mellizos de apenas 8 meses de edad. Además, tres mujeres también murieron en el ataque a balazos.

Ocho niños fueron encontrados vivos después de escapar de los vehículos y esconderse en la maleza, pero al menos cinco tenían heridas de bala u otras heridas y fueron llevados a Phoenix para recibir tratamiento.

El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Alfonso Durazo, dijo que los agresores pudieron haber confundido la camioneta SUV de las víctimas con la de un cártel rival. El ataque ocurrió en una zona remota y montañosa donde el Cártel de Sinaloa ha estado involucrado en una guerra territorial con otra organización criminal.

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John LeBarón, uno de los integrantes de la familia, compartió el relato que realizó su prima sobre los hechos en .

En éste, Kendra Lee Miller narra el inicio de lo que fue la masacre de la familia LeBarón.

“La mañana del 4 de noviembre de 2019, tres madres en tres vehículos, con 14 niños repartidos entre ellos, salieron de LaMora, una pequeña comunidad familiar en las montañas del noreste de Sonora. Dos de ellas para ver a familiares en Chihuahua y una para recoger a su esposo que llegaba al aeropuerto de Phoenix, Arizona. Nunca lo lograron. Fueron emboscados por cárteles mexicanos; baleados, quemados y asesinados a sangre fría. Eran civiles inocentes, ciudadanos estadounidenses que simplemente trataban de vivir sus vidas pacíficamente”, dice en su relato.

“Durante 11 horas, sus familiares en Sonora, Chihuahua y el Medio Oeste de Estados Unidos esperaron con miedo y horror noticias de posibles sobrevivientes. El primer vehículo fue encontrado lleno de agujeros de bala y completamente quemado. Nita y cuatro de sus siete hijos que llevaba al viaje se quemaron casi hasta quedar en cenizas y sólo quedaron un par de huesos para identificar que los cinco habían estado en el interior”.

Lee Miller señaló que las mujeres intentaron identificarse para evitar que les siguieran disparando.

“En otra parte del camino, unas 10 millas (16 kilómetros) adelante, iban Christina, con su bebé Faith en el vehículo, y Dawna, con nueve niños en el suyo. A ambas les dispararon desde el frente, y Christina salió del vehículo levantando las armas para que los atacantes supieran que iban mujeres y niños que iban mujeres y niños. Dio su vida para tratar de salvar al resto. Dawna y dos de sus hijos murieron en el tiroteo”.

Agregó que uno de los menores escondió a sus  y salió a buscar ayuda.

“Devin, hijo de Dawna, escondió a sus seis hermanos en los arbustos y los cubrió con ramas para mantenerlos a salvo mientras buscaba ayuda. Cuando se tardó en regresar, su hermana de 9 años decidió dejar a los otros cinco e ir ella por ayuda. Devin llegó a LaMora a las 5:30 p.m, seis horas después de la emboscada, y dio las primeras noticias sobre lo que pasó con él y la familia de Christina”.

Luego de que la familia LeBarón inició la búsqueda tras el ataque en los estados fronterizos de Sonora y Chihuahua, encontraron los autos baleados y a una bebé ilesa.
“Encontraron a Faith, la bebé de Christina, en el vehículo baleado. De alguna forma estaba ilesa y viva. Estaba en su asiento para bebés, que al parecer su madre colocó apresuradamente en el piso del vehículo para protegerla”.

Lee Miller escribió que al menos cinco niños, quienes resultaron heridos de bala, fueron trasladados a un hospital en Arizona, Estados Unidos.

La mujer también detalló las heridas que sufrieron los menores y quienes eran las personas que murieron en el ataque.

lsm

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