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Para la comunidad LeBarón, asentada en la sierra de Chihuahua, nada ha cambiado en materia de seguridad en los últimos 10 años, asegura Julián LeBarón.
El narco sigue gobernando y operando impunemente en la región, y una muestra es la masacre en la que nueve miembros de la familia del activista fueron asesinados, entre ellos seis niños.
Julián deja claro que desde 2009 su familia cuenta con protección federal, pero que en el momento del ataque sus seres queridos no estaban acompañados, puesto que éste tuvo lugar en un camino de terracería en la frontera entre Sonora y Chihuahua.
Dice desconocer quiénes fueron los agresores y su motivo, pero no descarta que hayan sido miembros del crimen organizado.
Su decepción ante las medidas de seguridad implementadas por las actuales administraciones locales y federales es mucha.
Señala que nadie quiso apoyarlos para auxiliar a sus familiares. Ninguna corporación policiaca los acompañó al lugar, fue la misma comunidad LeBarón la que salió al rescate, pero ya era demasiado tarde. El daño ya estaba hecho.
“Nosotros fuimos los que llegamos a las camionetas baleadas, lo denunciamos desde el lunes en la mañana y fuimos nosotros mismos los que llevamos a las autoridades al incidente, porque ni la fiscalía de Chihuahua ni la de Sonora se movieron. No sabemos si fue por miedo, porque son cobardes o [porque] solapan a los delincuentes”, asevera LeBarón.
“Nosotros fuimos los que llegamos con apoyo de la Policía Federal y elementos del Ejército. Cuando llegamos, yo mismo encontré con vida a la bebé de Christina (...) Vimos que estaba baleada toda la camioneta, pero gracias a Dios salió ilesa”, relata.
Sobre la identificación de las víctimas, pide tiempo para asimilar el hecho: “No sabemos qué vamos a hacer o qué sigue.
“Todavía no lo podemos creer, quién le puede disparar a mujeres y a niños que no tenían armas. Estaban indefensos, no había motivo para hacerles eso.
“Creemos que no les dieron tiempo de nada, les dispararon luego, luego, a quemarropa, y luego no sé si le prendieron fuego [a la camioneta] o por las balas se incendió. Ahora tenemos el problema de todos los niños que sobrevivieron, los estamos tratando”, dice el activista vía telefónica.
La comunidad LeBarón exige a las autoridades estatales y federales que el ataque no quede impune, como los miles de casos que se registran en el país.
“Nosotros vamos a aceptar ayuda de los aliens, si es necesario, para resolver esto, queremos saber quiénes son, por qué hicieron eso, es lo que importa ahora. Queremos saber quiénes los solapan, quiénes los protegen, porque si no se resuelve esto, nunca va a estar tranquilo el país. Nosotros como sociedad podemos poner contra la pared a la autoridad... y esto puede ser el límite”, puntualiza.
Comenta que la comunidad no tiene pensado cambiar de residencia y seguirá defendiendo su territorio. Tras los funerales, no descartan movilizaciones, pues juraron a sus muertos que su crimen no quedará impune.