A pesar de que las agresiones en el noviazgo son castigadas penalmente, las víctimas no denuncian por miedo, desconocimiento e incluso normalizan este tipo de conductas.

Aunque la violencia en el noviazgo puede afectar tanto a ellos como a ellas, las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se refieren a casos en los que las mujeres son víctimas de agresiones, tanto emocionales como físicas e incluso sexuales desde los 15 años.

María Antonia Carbajal, de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que al ser novios se aprende a establecer límites sobre qué es una relación de pareja y qué es violencia, por lo que es muy importante no naturalizar las conductas violentas.

“Normalmente, los agresores son hombres, lo que no quiere decir que así sea todo el tiempo, pero las estadísticas apuntan a que sí y, muchas veces, se interpreta como que el hombre tiene un carácter fuerte, nunca dicen ‘agresivo’ o ‘violento’, sino que por ser hombre es como si esto fuera normal”, dijo la especialista. Bajo estos roles de género se quita la responsabilidad al agresor y ello deriva en la invisibilización de la violencia que influye en los bajos índices de denuncias, comentó.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016, realizada por el instituto, reveló que a nivel nacional, 66.1% de las mujeres han sido violentadas, principalmente por su pareja: esposo, concubino o novio. Indicó que 43.9% sufrieron violencia a lo largo de su última relacióno en la actual, ya sea en matrimonio, convivencia o noviazgo. De quienes sufrieron agresiones físicas y sexuales, 20% solicitó apoyo, denunció o realizó ambas acciones.

En tanto, 29.6 millones de las que padecieron este tipo de violencia no denunciaron porque lo vieron como algo sin importancia y que no les afectó. De quienes no denunciaron por miedo, 11% fueron agredidas en la escuela, 23.9% en el trabajo, 7.3% en su comunidad y 19.5% en el ámbito familiar. “Cuando ellas se atreven a hablar de esto, normalmente, con personas cercanas a ellas o con algún personal de la salud, la respuesta frecuentemente es que están haciendo mal las cosas o las culpan por ‘dejarse’ violentar y esto hace que sea más difícil abrirlo”, comentó.

“Algunas de ellas no saben a quién acudir, no confían en las autoridades o no sabían que esto es algo que se puede denunciar y en niveles altos de violencia es frecuente que aumente cuando denuncian o dicen que van a terminar la relación, y el miedo a denunciar es porque saben que puede haber consecuencias y muy graves”, señaló. Es posible que la familia no se dé cuenta cuando algún miembro es violentado, o que esto no se nombre como violencia, porque se piensa que los problemas de pareja sólo incumben a ellos.

“No nos enseñan a reaccionar ante la violencia, entonces hay mucha gente que se entera de eso y no sabe qué hacer, ni cómo apoyar a las víctimas”, enfatizó.

En la capital, las agresiones en el noviazgo se tipifican como violencia familiar equiparada y se puede castigar de uno a seis años de prisión. Es posible que un ex novio o ex novia sea sancionada cuando la agresión ocurre dentro de los dos primeros años después de la ruptura. Los novios no son considerados legalmente como miembros de la familia, explicó el juez 37 de lo Familiar en la Ciudad de México, José Antonio Navarrete Hernández.

“El noviazgo no puede ser considerado como una familia porque es una relación eventual no hay obligaciones ni derechos y, aunque duren cinco o más años, no son miembros de la familia hasta que contraigan nupcias o se unan en concubinato”.

Los familiares también tienen responsabilidad: “Serían responsables de encubrimiento o copartícipes al quedarse callados y no hacer nada para evitar un mal mayor o si fuerzan a la víctima a continuar con una relación donde hay violencia”, advirtió. Las agresiones entre novios también pueden derivar en delitos, comentó José Fernández de Cevallos, del El Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).

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