Un gigantesco gorila de cartón vestido de militar paseado en hombros y llevado frente a Palacio Nacional, donde fue quemado en medio de vitores de los estudiantes de al menos cinco universidades e instituciones de educación superior y que concentró entre 60 mil y 100 mil estudiantes, es el relato de una de las mayores protestas de jóvenes hace 50 años.

A poco menos de que se cumpla medio siglo de los acontecimientos de Tlatelolco, se recupera la publicación de EL UNIVERSAL con motivo de la gran marcha y concentración de estudiantes realizada en la Plaza de la Constitución de la capital mexicana el 14 de agosto de 1968.

En aquel momento se estimó la participación de por lo menos 100 mil estudiantes, de todos los planteles de educación media y superior de la capital de la República, marcharon alumnos de la Universidad Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, la Escuela Normal de Maestros, la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo y grupos de otros planteles, la marcha dio comienzo en punto de las 17:00 horas.

Los contingentes partieron desde el Casco de Santo Tomás, los manifestantes portaban pancartas y letreros, fueron escoltados por aproximadamente cincuenta motociclistas, quienes abrían paso al contingente y desviaban la circulación. Mientras los carros de sonido que los acompañaban convocaban al pueblo a sumarse a ellos.

Autoridades dieron la cifra de participación de 60 mil jóvenes, mientras los estudiantes aseguraron que habían tomado parte en el desfile de protesta "100 mil alumnos en números redondos".

Lo cierto, reconoció el redactor Ariel Ramos de EL GRAN DIARIO DE MÉXICO, es que la columna de la manifestación tuvo una extensión de varios kilómetros en total y tardo en pasar "una hora con veinte minutos, de la vanguardia a la retaguardia".

El mitin inició al rededor de las 19:30 horas, un gigantesco gorila de cartón vestido de militar fue paseado a hombros y llevado frente a Palacio Nacional, donde fue quemado en medio de vitores.

Frente a Palacio Nacional los estudiantes insistieron en sus demandas, justicia por los 17 estudiantes muertos, por los desaparecidos y heridos que había hasta ese día.

A bordo de un camión de redilas convertido en templete, ubicado en el centro del zócalo capitalino, los oradores de esa noche rechazaron el calificativo de antipatriotas, y señalaron la limpieza de su lucha por México.

"Nuestros enemigos dicen, como lo dijeron a los médicos, a los maestros, a los ferrocarrileros y al pueblo cuando exige justicia, que somos antipatriotas; sin embargo estamos conscientes de que nuestra lucha se apoya en la razón" expresó uno de los oradores.

"Son los mismos argumentos que se esgrimen para desprestigiar esos movimientos y el nuestro, pero queremos señalar que los estudiantes estamos conscientes de lo que es el patriotismo y de cuales son los supremos intereses de nuestra patria" insistió.

Los asistentes lanzaron porras a México, al Politécnico y a la Universidad, también cantaron el Himno Nacional.

No se registraron accidentes graves y tampoco hubo lesionados. El mitin tuvo una duración de aproximadamente dos horas y concluyó al rededor de las 21:20 de la noche.

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