La crisis en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se agravó luego de que renunciaran otras cuatro consejeras honorarias del organismo, al argumentar que la elección de Rosario Piedra como ombudsperson “presagia el sometimiento de la Comisión al poder”.

Con ellas suman cinco los integrantes del Consejo Consultivo que dejan sus cargos “de manera inmediata e irrevocable”. La activista respondió que su calidad de víctima indirecta garantiza la autonomía e independencia de su gestión en el organismo.

Este jueves, EL UNIVERSAL publicó que el nombramiento de Rosario Piedra Ibarra generó dudas en su legalidad por no cumplir con los requisitos que establece la ley vigente, pues para este cargo no se debe haber estado al frente de ningún puesto de dirección nacional o estatal en algún partido político en el último año antes de su designación, pero hasta el pasado jueves ella era consejera nacional y estatal de Morena.

En un documento fechado el pasado 9 de octubre, dirigido a las comisiones de Derechos Humanos y de Justicia del Senado, al cual EL UNIVERSAL tuvo acceso, Rosario Piedra Ibarra aseguró, bajo protesta de decir verdad, que cumplía con el requisito de no desempeñar ni haber ocupado algún cargo de dirección nacional o estatal en algún partido político en el año anterior.

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Pero ayer la activista, en una carta difundida en redes sociales, señaló que las garantías de que su gestión será autónoma son que ya presentó su licencia como militante de Morena y el hecho de que es víctima indirecta, luego de que su hermano Jesús fue desaparecido en 1974; desde el activismo, dijo, una de sus mayores exigencias fue la independencia y autonomía de la CNDH.

“He presentado ya mi licencia como militante de Morena para dedicarme de tiempo completo a la gran tarea que nos aguarda, pero la mayor garantía de autonomía la acredita mi trabajo, mi trayectoria y mi calidad de víctima indirecta en el Comité Eureka y en la lucha social”. Dijo que su actuar ha sido conforme a la ley y que su compromiso “ha sido, es y será siempre y por sobre todo” con las víctimas, además de señalar que su trabajo no será de oficina.

Carta de renuncia de consejeras a la CNDH por Rosario Piedra

“La elección se llevó a cabo sin apego a los indicadores que fueron asumidos voluntariamente por las comisiones unidas responsables del proceso, y que se consumó en el pleno del Senado de manera arbitraria, lo que presagia el sometimiento abierto de la CNDH a quienes actualmente detentan el poder político”, señala la carta de renuncia de las cuatro integrantes del Consejo Consultivo.

La mañana del jueves comenzó a circular una carta de renuncia que firmaron las exconsejeras María Ampudia González, Mariclaire Acosta Urquidi, Angélica Cuéllar Vázquez y María Olga Noriega Sáenz. El documento lo dirigieron a Mónica Fernández Balboa, presidenta de la Mesa Directiva del Senado, y en él denunciaron que el proceso “estuvo plagado de irregularidades y falta de apego a la legalidad”. Fue después de las 16:00 horas cuando el Senado recibió formalmente la dimisión de las consejeras.

Señalaron que ante la “cuestionada” elección se le resta legitimidad a la CNDH, puesto que sus principales herramientas son pluralidad, independencia, libertad, autonomía de gestión y “apego irrestricto” a la Constitución.

“Si permanecemos en la CNDH estaremos en riesgo de no acatar el mandato de cumplir y hacer cumplir la Constitución. Manifestamos nuestra decisión, por congruencia personal, de presentar nuestra renuncia al cargo honorífico de miembros del Consejo Consultivo de la CNDH, de manera inmediata e irrevocable”, señala la carta enviada el jueves.

“Una ombudsperson carente de legitimidad será incapaz de establecer una interlocución válida con los distintos actores involucrados en la observación, protección y promoción de los derechos humanos; tampoco podrá generar la confianza ni la certeza jurídica consustanciales a su misión”, señalan las ahora exconsejeras en su carta.

El miércoles había presentado su renuncia Alberto Athié Gallo, también consejero honorario, en protesta a lo que consideró la “imposición” de Piedra Ibarra al frente del organismo.

Van contra panistas en comisiones

El senador de Morena, Ovidio Peralta Suárez, dio a conocer que su bancada pedirá que sean removidos de las presidencias de las comisiones legislativas que encabezan los senadores panistas Gustavo Madero Muñoz y Kenia López Rabadán.

Esta es la respuesta de Morena a la actuación de los legisladores en la sesión, dijo Peralta Suárez, en la que rindió protesta Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la CNDH.

Gustavo Madero Muñoz actualmente ocupa la presidencia de la Comisión de Economía; el martes protagonizó una riña en la Mesa Directiva al momento en el que Piedra Ibarra era convocada a rendir protesta.

Kenia López Rabadán, como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, encabezó el proceso de la designación de ombudsperson.

Rosario Piedra “tendrá que ganarse el respeto”

Activistas entrevistados coincidieron en que independientemente de la importancia de la familia Piedra Ibarra en la búsqueda de desaparecidos en el país, la cercanía de la nueva ombudsperson con el Presidente y su partido, Morena, lanza señales negativas.

La directora ejecutiva de Amnistía Internacional consideró que la confianza a la nueva ombudsperson no le viene dada sólo por el nombramiento, sino que se la tiene que ganar, porque “el proceso no le da. Ella debe ser independiente, pero hay indicios muy claros que ponen en duda esa independencia. Esos indicios ella tendrá el deber de deconstruirlos todos los días, tiene el deber de demostrar que puede ser imparcial e independiente”, dijo Tania Reneaum.

Javier Sicilia no dudó de la capacidad de la exactivista y de lo que ha significado su lucha por los derechos humanos, el problema fueron las formas: “Un ombudsperson tiene que ser respetado por la nación entera, no nada más por una fracción, nos deja un terrible sabor de boca”.

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