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Para Francisco Sánchez, la vida es estar en constante movimiento. A sus 74 años de edad, aceptó ser repartidor de comida por medio de una aplicación móvil únicamente para caminar y hacer ejercicio.
“Lo agarré (el trabajo) como un juego… Porque a mí mis doctores del Seguro siempre me pidieron que hiciera ejercicio, que me pusiera a nadar o caminara”, declaró a EL UNIVERSAL.
Foto: Edgar Tequianes. EL UNIVERSAL
El hombre, quien contó que también fue nadador, explicó que su rutina de trabajo es de lunes a viernes y consiste en sentarse en las inmediaciones de Reforma 222, a esperar a que “le caiga un pedido”.
Acotó que sus compañeros repartidores lo acompañan y cuidan durante las cuatro horas que reparte, y que viaja desde Ecatepec, donde reside, hasta la Ciudad.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Geografía (Inegi), durante el tercer trimestre de 2019 se registró un total de 527 mil 794 personas de la tercera edad empleadas en la Ciudad de México, mientras que en el Estado de México, entidad donde reside Francisco, se registró un total de 686 mil 771.
A pregunta expresa de este medio, el hombre señaló que realiza sus entregas a pie, pues así se ejercita y no necesita una motocicleta o una bici.
“Todas las personas, las personas que me ven, siempre me dicen: 'felicidades, que bueno que usted esté haciendo ejercicio', y siempre me cuidan; todos los que trabajan en esto, que son compañeros y que luego me ven, pues siempre me saludan, me cuidan y así ando”, dijo.
Francisco indicó que además de Reforma, también acostumbra a repartir en la colonia Roma.
“Yo de celulares no sé nada, yo nomás (…) me conecto y de ahí cae (el pedido) y voy, y si no sé le pregunto a un policía o a cualquier gente: 'oye, ¿la calle fulana?'; 'ah, está aquí a dos cuadras'; 'oh, okey, ahí voy, a dos cuadras'. De esa manera entrego el pedido que me llevo”.
El hombre señaló que su cuadro de salud mejoró a partir de que tomó el trabajo como repartidor. “Bajé de peso y cuando voy, me checo, ya peso menos y así ando”.
Zaira Sánchez, hija de Francisco, dijo que su padre siempre ha sido una persona activa, que desde niña lo veía trabajar y que está acorde con que él salga a la calle y se distraiga. “Él lo ve más que nada por sus salud, por caminar y sentirse útil”, dijo.
“Siento que le beneficia porque él se ve bien”, comentó.
Señaló que siempre preocupa que algún familiar salga a la calle, pero sabe que Francisco es cuidadoso y además, dijo, quiere permitir que su progenitor continúe realizando actividades. “Tiene mi apoyo y también el de mi hermana. Para nosotros es un gran ejemplo de que él siga demostrando que puede”, dijo.
Actualmente, el gobierno federal instauró un programa de apoyo enfocado para las personas de la tercera edad, en el cual se estipuló que las personas mayores de 68 años tendrían acceso a un pago mensual de mil 275 pesos.