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El senador Napoleón Gómez Urrutia (Morena) advierte que algunos empresarios "no se han dado cuenta de que México ya cambió, que no creen en el proyecto de transformación y que posiblemente están actuando en contra todos los días".
De esos empresarios, dos son el segundo y el tercer hombres más ricos de México, que están en contra mía, del Sindicato Minero, de la clase trabajadora y del país.
En entrevista en su oficina del Senado de la República, Gómez Urrutia habla de la tragedia de Pasta de Conchos, del ofrecimiento que recibió de Andrés Manuel López Obrador para ocupar un escaño en la actual Legislatura, y de la Reforma Laboral de la que es impulsor en el Congreso.
Dice que en la persecución en su contra, a partir de la tragedia de Pasta de Conchos, sus enemigos gastaron más de cuatro mil millones de dólares, entre 2006 y 2010, conforme a información que Javier García de Quevedo, segundo de abordo de Germán Feliciano Larrea, dio a un grupo de financieros de Nueva York.
--¿Muchos recursos para destruir a alguien?
--Con el poder económico han estado aliados tres ex presidentes, y no pudieron. Ojalá se incorporen a esta transformación y dejen de atacar al Presidente, al gobierno, al sistema; más les vale, por el bien de su fortuna; de sus negocios, también.
No estoy diciendo nada amenazante, pues los que no se incorporen a estos cambios se van a quedar atrás. Lo digo por los empresarios, pero también por los líderes sindicales.
-¿Desde el exilio, cómo fue su contacto con Andrés Manuel López Obrador?
--En su campaña, al recorrer zonas mineras, cuando participaban trabajadores mineros, en algún momento le dijo a dos compañeros que él quería que yo fuera senador de la República y que pudiera regresar a México, porque estaba en total desacuerdo con la persecución política.
--¿Por teléfono los acuerdos?
--Sí. Hablamos por teléfono. Me preguntó: "¿qué has pensado?", y dije: "Sí, tomo la propuesta y vamos a trabajar juntos". Y a partir de ahí se comenzó a estrechar una relación, todavía por teléfono.
--¿Fue hasta abril que hablaron en el despacho presidencial? ¿Cómo fue esa reunión?
--El ambiente fue muy cordial, muy abierto, como si fuéramos amigos de hace 30 años. Estuvimos una hora y cuarto juntos, sin interrupciones de ninguna índole. Me hizo sentir bien, por sobre todo una identificación de objetivos, de ideas, que si no pensamos igual, tenemos muchas coincidencias. Nunca con ninguna idea de querer dar una instrucción o seguir o proponer nada, más bien de saber cómo están las cosas, qué sugerencias o propuestas.
--¿A veces se piensa que un líder sea el nuevo primer sindicalista del régimen?
--Así funcionaba antes, exactamente. Había los líderes sindicales consentidos o cercanos al poder. Ahora no.
--¿Cómo ve el futuro de la Reforma Laboral?
--A veces pienso que es más difícil el lado de los empresarios que los sindicatos, porque hay intereses creados muy fuertes en el lado de los grupos empresariales y algunos no quieren cambiar.
--¿Aplicar la libertad sindical lleva tensiones?
--Hay algunos riesgos de que las cosas no se vayan por el camino de la transición y del cambio de manera pacífica. La autoridad laboral tiene una gran responsabilidad.
--¿El reto para los líderes?
--Se van a ir adaptando o van a ser sustituidos por otros. Es momento de aprovechar esta coyuntura histórica, y hacer las cosas con tranquilidad, en paz, sin violencia, y consolidemos el nuevo modelo de política económica que se requiere.
--¿La justicia laboral?
--Hay más de 700 mil expedientes rezagados, y en el nuevo sistema espero que se eliminen en uno o dos años.
--¿Está pendiente la reforma del outsourcing?
--Este pendiente lo va a retomar el Senado. Realizará Parlamento Abierto. Es un tema que afecta los derechos de los trabajadores sindicalizados y es fuente de evasión fiscal muy importante.
--¿Es factible el rescate de los cuerpos de los mineros en Pasta de Conchos?
--Es factible. Hay una ruta para hacerlo en tiempo breve, con los menores costos posibles, con los menores riesgos posibles. Tenemos identificados a los expertos, el punto donde fue la explosión, que la provocó.
--¿El fraude de 55 millones de dólares?
--Eso fue un invento, una calumnia superada desde el 28 de agosto de 2014, por la Suprema Corte. Me exoneraron y desecharon todas las acusaciones falsas.
Ese fue el medio para desviar la atención de la tragedia y la grave responsabilidad de la empresa que se cometió en Pasta de Conchos. Hubo negligencia criminal, y complicidad con el gobierno.
--¿Se le considera perseguido político?
--Totalmente, sí. El gobernador de esa época de Coahuila, Humberto Moreira reveló un año después de la tragedia que Vicente Fox lo quiso presionar para que me detuvieran y después se me decía bajo qué cargos.
--¿Se fue del país?
--Yo tuve que salir para proteger al sindicato, los líderes, mi familia ante amenazas de muerte. Y hubo algo verdaderamente vergonzoso e indignante, el rechazo de solicitudes de extradición de Canadá, Suiza, Suecia, Noruega, Inglaterra.
Gané una demanda a Interpol porque había aceptado información falsa de México que se desecha por estar motivada políticamente, y me dan una carta de ello.
--¿Lo que no destruye, fortalece?
--Estoy aquí, después de ser perseguido doce años, de ser atacado, calumniado, como creo nadie lo fue.
GASTARON CUATRO MIL MDD Y LES GANÉ
Gastaron miles de millones de dólares en esto; miles de millones, incluyendo huelgas, paros. En 2010 hay una declaración del presidente ejecutivo de la compañía Grupo México, el segundo de a bordo de Germán Feliciano Larrea, se llama Javier García de Quevedo, ante un grupo de financieros de Nueva York les dice que este conflicto ya les había costado más de cuatro mil millones de dólares. Ellos sumaban las huelgas y los paros, consecuencia de toda esta política equivocada, arbitraria, abusiva de ellos.
No mencionaba la corrupción que hicieron de más de 30 despachos de abogados al servicio de ellos, de políticos, de medios de comunicación y de traidores al sindicato nacional que se corrompieron.
--¿Más de cuatro mil millones de dólares contra usted y aquí está?
--Aquí estoy. Me siento muy orgullosos. Soy senador de la república, presido la Comisión de Trabajo y Previsión Social; soy secretario de la Comisión de Economía, e integrante de las comisiones de Energía, Minería y Desarrollo Regional. O sea que tampoco les debe gustar mucho. Más Relaciones Exteriores. Soy presidente del Sindicato Minero, y ahora presidente de la nueva Confederación Internacional de Trabajadores que en febrero pasado se constituyó.
--¿Cómo es su relación con el Presidente?
--Es una relación institucional política, profesional. Yo creo que es una persona muy humana, honesta, sencilla y es un patriota, y a mí eso me acerca y me identifica con él.
--¿Usted llega de la Terminal 2 al patio del Senado a registrarse?
--Casi, pero por la puerta grande, no como decían que si iba a llegar escondido, que si en la cajuela de un carro.
--¿Ameritaba ese tipo de cuidado de aproximarse así al momento de su credencialización?
--¿Si ameritaba tomar precauciones? Claro que sí y las sigo ameritando. Hay algunas gentes y también entre los empresarios que no se han dado cuenta que México ya cambió, que no creen en el proyecto de transformación y que posiblemente están actuando en contra todos los días.
Entonces, nada menos que dos de esos son el segundo y el tercer hombres más ricos de México, y están en contra mía y del sindicato y de la clase trabajadora y del país. En lo único que están a favor es de sus utilidades y su poder. Eso es algo que tendrán que cambiar.
México ya cambió y ya no son las mismas políticas de explotación exagerada que hacían de los recursos naturales del país, indiscriminada, en concesiones en muchas cosas, ni tampoco en la explotación de la mano de obra.
Ellos fueron beneficiarios de toda esa tragedia que le pasó a México, de dejar caer toda la actividad económica y social del país. Bueno, pues es tiempo de que volvamos por la justicia, la democracia, honestidad transparencia y eliminar la corrupción.
--¿tiene usted enemigos muy poderosos?
--Y tres ex presidentes. El poder político y económico. Un amigo en el principio de este conflicto me decía: Va ser muy difícil que ganes. Te estás enfrentando al poder del águila, pero aparte, a los o tres de los empresarios más ricos del país. Entonces es la batalla como de David contra Goliat.
Después, en el camino nos dimos cuenta de que no era un Goliat. Eran dos, tres o más y estaban aliados. Pero aun así, la resistencia el valor, la lealtad de mis compañeros mineros, la solidaridad internacional; el cariño de mi esposa y mi familia, permitieron que continuáramos avanzando, pero los mineros fueron muy leales y valientes para defender a su organización a su líder a sus familias, a sus contratos colectivos.
NO ES AMENAZA, ES LA TRANSFORMACION
Con eso no contaban. Llegué a una conclusión: Podrán tener todo el poder económico, político del mundo, pero si a uno lo acusan falsamente y uno se defiende, lucha, resiste, puede ganar, puede triunfar. Este es un ejemplo claro de que tarde o temprano su poder también tiene sus límites.
Y ojalá se incorporen a esta transformación y dejen de atacar al Presidente, al gobierno y al sistema. Más les vale, por el bien de su fortuna y sus negocios también.
No estoy diciendo nada como amenazante, pero los que no se incorporen a esta transformación y a estos cambios importantes, se van a quedar atrás, sus mismas bases los van a dejar atrás, se van a salir y van a buscar organizaciones democráticas.
—¿Ustes y López Obrador cómo se comunicaron?
--En su campaña, a dos de mis compañeros del Comité Ejecutivo Nacional los invitó a que subieran a su camioneta en un traslado de un lugar a otro, y ahí les dijo que él quería que yo fuera senador de la República y que pudiera regresar a México porque estaba en total desacuerdo con la persecución política, y lo ha dicho todos los días que puede y tiene toda la razón. Eso no debe existir en México, menos en una democracia, eso es origen de las dictaduras.
A mis compañeros, les dijo: "Vayan a hablar con él personalmente”. Platicamos nosotros y ya después hablamos por teléfono, en ese momento para saludarnos. Me lo pasan y me dijo; "Estuve platicando con sus compañeros le estoy haciendo una propuesta”.
UN PODEROSO MUY SENCLLO
Muy amable, muy cordial con ellos. Es un hombre muy sencillo, humano, la verdad, y eso me gusta mucho de personas como él y con ese poder que tiene, sabe compartir sus sentimientos con los del pueblo.
A partir de ahí se comenzó a estrechar una relación todavía por teléfono, yo me regresé hasta finales de agosto. Yo tengo aquí más de ocho meses en el Senado de la República en México, después de esta terrible indignante persecución política.
Entonces, (la relación) se fue construyendo en reuniones, cuando regresé ya como senador, también con senadores para ver los planes de gobierno y saludos superficiales hasta que finalmente tuvimos esta larga reunión y el primero de mayo tuvimos la comida del Día Internacional del Trabajo. Me invitó a su mesa principal a estar con él y ahí vamos trabajando, sacando la Reforma Laboral y lo que es necesario para que México avance con resultados.
Aprobamos el convenio 98, ante la OIT, desde septiembre para romper con ese sistema de contratos de protección patronal y dar derecho a las libertades de sindicalización y contratación colectiva.
Me tocó impulsar la reforma laboral para darle el reconocimiento los derechos a las trabajadoras del hogar. Vamos avanzando en muchos campos y yo lo estoy haciendo lo mejor posible para ayudar a mi país, y desde luego a que el nuevo proyecto de transformación sea un éxito.
--¿En el despacho presidencial hablaron de esta agenda laboral? ¿De qué más y del ambiente que tuvieron?
--El ambiente fue muy cordial, muy abierto como si fuéramos amigos de hace 30 años. Así me hizo sentir. Estuvimos una y cuarto juntos, sin interrupciones de ninguna índole.
Fueron muchos temas muy interesantes, hasta cuestiones familiares personales de él, mía. Por eso digo, me hizo sentir bien y yo creo, sobre todo, una identificación de objetivos de ideas.
Nunca con ninguna idea de querer dar una instrucción o sugerir o proponer nada, más bien de saber cómo están las cosas que sugerencias o propuestas. Hablamos del sector minero, de la Reforma Laboral, de la situación económica y social del país, del Tratado de Libre Comercio, de las relaciones internacionales. Yo, en todos estos años fortalecí, consolidé mucho el trato con los grandes líderes sindicales del mundo y también con muchos gobiernos.
Por ejemplo, el primer ministro de Suecia es un ex trabajador exlíder del sindicato metalúrgico IF Metall, después del Partido Socialdemócrata y ahora primer ministro de Suecia, compañero trabajador. Stefen Löfven, y somos compañeros y amigos, como fue Lula, en su momento.
Hablamos del Partido Laborista en Inglaterra. Muy interesante, toda la conversación, la verdad y me hizo sentir muy a gusto. Yo me sentí muy a gusto, muy cordial fue.
CADA QUIEN EN SU TRINCHERA
--¿La relación por identificación se consolida?
--SÍ, claro. Esto vino a consolidar todo. Ahí vamos cada quien en su trinchera. Él con la enorme responsabilidad que tiene, pero creo que con objetivos muy claros de lo que quiere lograr para México.
--¿En qué punto esas trincheras se vinculan, se unifican? ¿A veces se piensa que el líder equis es el nuevo primer sindicalista del régimen? ¿Es una imagen muy antigua muy pasada?
--Así funcionaba antes, exactamente, había los líderes sindicales consentidos o cercanos al poder o los que operaban acciones que afectaban al sector laboral o empresarial y que estaban muy identificados con la Presidencia de la República.
No, ahora no. Ha sido muy claro en eso: "Yo no tengo líderes consentidos ni sindicatos consentidos".
A mí de repente alguien me preguntó que si la Confederación Internacional de Trabajadores era una propuesta del gobierno o una idea del Presidente. Le dije que no, que no es una agencia del gobierno, ni propuesta del Presidente.
Surgió de abajo, no de arriba y surgió por toda esta necesidad, este vacío de poder político sindical que no había forma de llenarlo, porque muchos líderes estaban desplazados de sus organizaciones y no tenían posibilidades de surgir y servir a sus trabajadores. Así fue y seguirá. Es muy respetuoso de esto, es lo que veo y siento, del sector laboral y no creo que tenga la idea de... Las cosas se van haciendo solas aquí y organizaciones nuevas surgirán.
Nuestra organización está avanzando muy rápido, muy bien, y también otras se incorporan, hacen sus cambios o se quedan atrás, y sus trabajadores se les van a salir. Algunas se les están saliendo. En ese sentido, él ha sido muy respetuoso. Ni siquiera de dar línea en algo, porque alguien dijo: “Oye, ¿te fuiste a pedir línea?"
No. No era necesario. Ni fue. Preguntó cómo vas. “Bien. Hoy tenemos comisión de trabajo y pienso sacarla (la Reforma Laboral), nada más como para enterarse y ver las estrategias globales del país y como encaja esto. Pero muy bien, la verdad es un gran hombre.
--¿El ejercicio de su responsabilidad no pasa por Palacio Nacional, sino aquí en comisiones y la brega que tiene en su Confederación?
--Así es. Comparto muchas de las ideas y posiciones y estrategia y tratamos de hacer, uno ya tiene experiencia y conocimientos, de que los cambios que estamos haciendo sean congruentes y confiamos en que el país va en dirección correcta, como yo lo creo y mis compañeros mineros, también.
PAN Y PRI CONTRA MINEROS
Si usted le pregunta a un trabajador minero es muy sencillo, dice: “El PAN nos atacó y nos quiso destruir en lucha a muerte para liquidar a todos. El PRI nos dio la espalda”. Habíamos sido priistas muchos años, el sindicato había sido priista.
Pero se presenta un cambio de justicia laboral, de democracia equidad, desarrollo, bienestar prosperidad. Coincidimos. Es un proceso natural.
Las sociedades se reacomodan cuando hay estos cambios de regímenes y de gobiernos y de sistema, y este es un cambio después de 80 años del poder del PRI y del PAN, muy diferente de lo que teníamos.
--¿Es usted uno de los factores relevantes de ese cambio en lo laboral? ¿Cómo nos va ir en ese sector?
--Pues yo apenas haciendo lo que me corresponde y tratar de cumplir lo mejor posible mi responsabilidad como senador, líder sindical, como líder social. Yo creo que nos va ir bien que esto va a cambiar.
El gobierno tiene cinco meses y ha hecho cambios dramáticos. Claro que la situación en que heredó todo el poder está muy deteriorada económica, política y socialmente.
Entonces hay que reconstruir toda esta sociedad y darle al pueblo lo que merece y poner a México otra vez en primer nivel internacional. Creo que él tiene esa visión y es un patriota y está luchando por eso incansablemente, como lo vemos todos los días.
UN AFICIONADO AL BEISBOL DE NACIMIENTO
Dicen que heredé el sindicato pero el que más se opuso a que yo fuera líder era mi padre (Napoleón Gómez Sada), porque se dio cuenta de que había muchas traiciones. Al final iba camino a la oficina y hablaba a la secretaria. “¿Ya llegó el jefe? ¿No? Ahí voy para allá”.
—¿Que usted es líder minero sin ser minero?
--Esa es una mentira. Tengo mi contrato con una mina, La Ciénega, del Grupo Peñoles, en la Sierra de Durango, en Santiago Papasquiaro, y probablemente nadie conoce más minas y plantas siderúrgicas que yo en todo México Yo he bajado a las minas a las plantas no como turismo, a reuniones de trabajo, a ver las condiciones de trabajo, por eso uno se va sensibilizando más con las necesidades sociales de los trabajadores y exigiendo más seguridad, más salud, más higiene mejores salarios y prestaciones, porque la actividad de la minera es de alto riesgo y las condiciones llegan a ser muy complicas y difíciles y hasta inhumanas en algunas minas.
No es fácil la vida sindical y poco reconocida, por la imagen negativa de los sindicatos y líderes.
Nací en Monterrey, Nuevo León, hijo de líder obrero trabajador de la industria metalúrgica. Crecí educándome en escuelas públicas toda mi vida. Primaria, Secundaria, Preparatoria. Nunca fui a un colegio privado.
Me traslado a la Ciudad de México estudiar mi carrera en la UNAM, porque a mi padre lo eligen líder nacional del sindicato. Toda la familia se traslada a la ciudad de México. Estudio en la Facultad de Economía. Me recibí con mención honorífica. El gobierno de Inglaterra me dio una beca para ir a estudios de posgrado en la Universidad de Oxford, Inglaterra, a nivel de maestría y doctorado.
En la infancia jugué en el primer equipo de la Liga Pequeña de Beisbol, cuando se fundó en todo México, y fue en Monterrey y yo jugué en el primer año con Los Mineros y fuimos campeones y tengo mi placa, mi pelotita de beisbol de campeones.
Mi padre nació en San Juan, Nuevo León, pueblo donde el primer partido de beisbol se jugó en todo México, en 1893. Así dice el arco de entrada: "San Juan, Nuevo León; Cuna del Beisbol en México". Está como 20 kilómetros adelante de la refinería de Cadereyta.
Fue así porque el Río San Juan es el más caudaloso de Nuevo León. Estaban construyendo el puente para cruzar el río por ferrocarril, un puente de acero de los que se construían a finales del siglo 19, y los trabajadores, la mayoría de los que vinieron eran norteamericanos, y los fines de semana se aburrían y comenzaron a jugar beisbol y se aburrieron de jugar entre ellos y comenzaron a entrenar a los trabajadores mexicanos y hacer los primeros equipos, ahí nació el béisbol en México.
Platiqué la anécdota al presidente Andrés Manuel López Obrador, que es fanático aficionado del béisbol y dijo: “El béisbol siempre estuvo asociado a la construcción de los ferrocarriles, precisamente durante el porfiriato que fue donde se expandió la construcción de las vía de ferrocarril y tenían muchas empresas de Estados Unidos y este era un deporte que estaba de moda”.