No ser indiferente ante la violencia en contra de otra mujer provocó que Irene se convirtiera en víctima de la misma violencia. Por salir en su defensa, “por entrometida” y no cerrar la puerta, la joven que denunció por redes sociales los golpes y las amenazas de su vecino Jorge “N”, hoy tiene que aceptar las medidas de protección otorgadas por el gobierno capitalino, luego de interponer tres denuncias sin previa respuesta.

Aunque las medidas consisten en acompañamiento las 24 horas de un policía de Investigación, adscrito a la Procuraduría capitalina, Irene afirma que los escoltas le llaman a las cinco de la tarde para avisarle que “ya se retiran”, con lo que finaliza la custodia. Después de eso, la seguridad de Irene van por su cuenta.

NUEVA AMENAZA.

La joven de 24 años ha suspendido actividades tras la última amenaza de muerte lanzada por el hombre, el 20 de agosto. Ese día, a las cuatro de la mañana, nuevamente puso música a todo volumen y empezó a disparar al aire, mientras gritaba: “Voy a matarte, Irene”.

Un día después, Irene inició la tercera denuncia por esta nueva amenaza, que se sumaba a la lista de agresiones del hombre, siendo la más grave la ocurrida el pasado 5 de mayo de este año, cuando él y un acompañante golpearon a la chica en la planta baja del edificio de Xola 1408, colonia Narvarte, mientras ella esperaba el apoyo de una patrulla de la SSC, que no llegó.

“Nunca me había sentido en ese peligro real de que me fueran a matar. Sufro de ansiedad. Cambié todo, suspendí planes, proyectos, perdí una pasantía. Tengo miedo porque además este tipo tiene puestas cámaras dirigidas hacia mi puerta, sabe a qué hora entro y salgo. Me está cazando.

“Lo único que he podido hacer, además de la vía legal, es denunciar por redes pero eso no me garantiza que un día este tipo no me va a estar esperando como cuando me golpeó. Es vivir con miedo constante”, dice la joven, quien además afirma que las medidas brindadas por autoridades no son, ni deberían ser, permanentes porque “no soy yo quien debe protegerse o cambiar mi vida cuando él es el agresivo”.

¿Y LA AUTORIDAD QUÉ?

Insiste en que las autoridades deben dar una solución de fondo a agresiones y denuncias para que estos hechos no queden impunes y haya para este hombre consecuencias jurídicas. “Que hagan algo porque tengo al agresor a metros y está armado”.

A pesar de que sus proyectos están en pausa y ha perdido, incluso, oportunidades laborales por miedo a salir y el tiempo que le ha tomado denunciar, Irene no muestra ningún arrepentimiento por ayudar a la joven a la que este hombre golpeaba la mañana del 6 de junio de 2018.

“Lo volvería a hacer porque me gustaría que si yo, mi mamá o mi hermana estuvieran en un caso así, alguien las defendiera. No creo que debemos perder nuestro valor cívico sólo porque tipos así nos amedrentan. Juntas somos mucho más fuertes que estas personas que creen que pueden agredirnos”.

Ayer, las autoridades citaron al responsable a rendir su declaración sobre los hechos y está en espera la resolución del caso.

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