Mi vida ya tiene precio, pero mientras no me maten voy a seguir denunciando a los asesinos de mis hermanos”, dijo José Díaz Navarro frente al futuro subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Durante el primer Foro de Escucha para la Pacificación del país, organizado por el equipo de López Obrador en Guerrero, Díaz Navarro fue más que claro: a sus hermanos, Alejandrino y Hugo, los asesinó la banda delictiva Los Ardillos, a la que pertenecen los hermanos del próximo diputado local por el PRD, Bernardo Ortega Jiménez.

Los hermanos de Díaz Navarro fueron desaparecidos el 24 de noviembre de 2014 y cinco días después aparecieron muertos: estaban decapitados, desmembrados, quemados dentro de una camioneta sobre al carretera Chilapa-Zitlala.

Desde entonces no ha dejado de pedir justicia y de denunciar la responsabilidad de Los Ardillos. También, dese entonces, dejó de ser profesor.

Díaz Navarro ha documentado la desaparición de sus hermanos. Horas después de que hombres armados se los llevaron en la comunidad de Atzacuoloya, en Chilapa, los siguió a través del GPS que traía la camioneta en la que se los llevaron.

A través del GPS detectó que la camioneta estuvo estacionada a unos metros de ayuntamiento de Quechultengo, el bastión de Los Ardillos.

En ese tiempo, Bernardo Ortega era el presidente del Congreso de Guerrero.

Díaz Navarro pidió ayuda al Ejército y la Policía Federal para entrar a Quechultenango y rescataran a sus hermanos, pero ninguna corporación accedió.

Meses después, a Chilapa llegaron 300 hombres y tomaron cinco días la ciudad. Se fueron con por lo menos unos 30 jóvenes. La exigencia de presentación la encabezó Díaz Navarro y fundaron el Colectivo Siempre Vivos. Nunca ha dejado de denunciar a Los Ardillos como los responsables de decenas de muertes y desapariciones en Chilapa y toda esa región.

Ahora, Díaz Navarro no vive más en Chilapa. Se mueve siempre custodiado por 20 policías federales día y noche. Un día recibió mensajes donde lo amenazaban de muerte. A su vida le pusieron precio.

Ha podido ponerle rostros a Los Ardillos: en estos años logró conseguir las fotografías de Antonio, Celso e Ivan Ortega Jiménez.

Y no ha parado de denunciar que Bernardo Ortega, elhermano de Los Ardillos, es el operador político de la banda delictiva ante los gobiernos para lograr protección.

Bernardo Ortega ganó el distrito 24 que abarca los municipio de Quechultenango, Tixtla, Zitlala, Apango, todos territorios controlados por sus hermanos.

En conferencia de prensa, Alejandro Encinas aseguró que en Guerrero se va investigar a todos y que no habrá impunidad.

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