Al dar el banderazo de inicio de estudios y trabajos preliminares del Aeropuerto General Felipe Ángeles en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que no habrá sobrecostos en la obra; además, el gobierno informó que ya firmó los tres primeros contratos con las empresas Nav-Blue y ADP Ingenierie para el plan maestro, la aeronavegabilidad y operaciones aéreas.

La primera fase quedará concluida en 2021 con una capacidad para transportar 20 millones de pasajeros al año y con 25 posiciones, además de que ya se firmó contrato con la empresa ADPI el 18 de marzo por un monto de 45.9 millones de pesos para la elaboración del plan maestro. Otro contrato también fue signado con la empresa Nav-Blue el 18 de marzo por un monto de 117.5 millones de pesos para aeronavegabilidad y operaciones aéreas.

Asimismo, se firmó un contrato más, sin especificar la empresa, por un monto de 4.3 millones de pesos para estudios orográficos.

Después de dar un sentido agradecimiento al Ejército que construirá la obra, el presidente López Obrador aseguró que ya se hizo la consulta en las comunidades aledañas al aeropuerto y aceptaron que se construya la obra. Sin embargo, podría ser hasta el 11 de julio cuando la Semarnat entregue los resultados del dictamen del impacto ambiental.
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Mientras maquinaria pesada realizó simbólicamente la primera perforación del terreno en Santa Lucía, el Presidente sostuvo que se va a cumplir en tiempo y forma, por lo que va a inaugurar el aeropuerto en 2021.

“No se va a ampliar el presupuesto destinado originalmente, como ha sido la mala costumbre, que se estima una obra en 100 mil millones y termina costando 300 mil”, aclaró.

Acompañado de los gobernadores de Hidalgo, Omar Fayad; Estado de México, Alfredo del Mazo, y de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, el mandatario expresó que su propósito no es polemizar por polemizar, sino aclarar por qué se hacen las cosas, ya que construir el aeropuerto en el lago de Texcoco significaría cerrar dos terminales aéreas: la de la Ciudad de México y la de Santa Lucía.

“Es un proyecto fundamental porque va a resolver el problema de la saturación del actual aeropuerto de la Ciudad de México, pero también va a ser un ejemplo de cómo se puede llevar a cabo una política racional, austera, en el marco de la honestidad que necesita establecerse como forma de vida y de gobierno en nuestro país”, dijo.

El proyecto del aeropuerto incluye que edificios de la Base Militar con más de 70 años de vida sean derribados, además de que otros serán reubicados y se construirá un clúster industrial en la zona.

El general Gustavo Vallejo, encargado del proyecto, presentó los pormenores ante autoridades federales y los gobiernos de la Ciudad de México, Estado de México e Hidalgo.

Explicó que la primera etapa incluye las tres pistas, granja de combustible, estacionamiento, vías, terminal intermodal y cuatro accesos, uno de los cuales utilizará una vía del que sería el aeropuerto de Texcoco para conectarlo con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Respeto con empresarios. En su conferencia mañanera, el jefe del Ejecutivo expresó que con empresarios no debe haber relación incondicional ni sumisión, pero sí una buena comunicación. Relató que hace una semana comió con Carlos Slim, pero aclaró que no coinciden en varios temas.

El Presidente justificó que su gobierno dé contratos por adjudicación directa, pues argumentó que con eso se impide la corrupción.

También defendió la consulta que realizó a mano alzada el domingo en Juchitán, Oaxaca, para conocer la viabilidad del Tren Transístmico y dijo que la gente está a favor. Pidió a sus opositores aplicarse a fondo y analizar más las cosas, visitar los pueblos. “No hace mal el sol, quitarse lo amarillo burócrata, lo fifí”.

Ante el regreso a clases, el Presidente se dijo contento porque comienzan las clases sin paros de maestros.

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