“A nosotros nos gustaría que la gente viniera y viera que en la Santa Fe no sólo hay cosas malas”, mencionó Doña Luz una semana antes del Viernes de Dolores. Los vecinos de esta colonia, perteneciente al primer cuadro de la ciudad, conforman la Cofradía del Prendimiento, que escenifica el Beso de Judas,  esta cofradía tiene 13 años de participar en la Procesión del Silencio.

Víctor Márquez fue quien inició con la tradición en esta colonia popular. El 10 de mayo regaló a su madre una escultura de Rafael Pérez, la Virgen Dolorosa que homenajea a la Virgen de la Macarena de Sevilla España. La costurera que confeccionó los primeros ropajes para esta virgen les sugirió que la exhibieran en la cochera, con esta idea iniciaron el recorrido en las calles del “barrio bravo”.

EL RECORRIDO

Son las 15:00 horas del  Viernes de Dolores, los integrantes de la Cofradía El Prendimiento, esperan en la cochera de Víctor Márquez para iniciar su devoto recorrido. El camarín está listo, la Virgen viste una túnica en color rosa con un manto azul, ambos con bordados dorados. Ella está rodeada de rosas, girasoles, manzanilla y velas. En unos minutos saldrán a visitar los altares que están montados desde hace un par de días en las casas de la colonia Santa Fe.

Los niños cargan ramos de manzanilla y naranjas, los van repartiendo a las personas que se unen a la procesión, a una semana del Viernes Santo. La banda de guerra los acompañaba, con el redoble del tambor y las trompetas anuncian la salida de la Virgen. Banderines morados y blancos la esperan. Pasan por la calle Plan de Iguala, Toma de Granaditas y Monte de las Cruces.

La cofradía tiene la oportunidad de ensayar, al igual que la banda. Al estar en su territorio aún pueden corregir el paso y bromear, esto es válido, ya que el próximo viernes el silencio será absoluto. Mujeres y niñas reparten las ofrendas en cada altar, la Virgen detiene su curso, la gente se santigua, otros lloran y tocan su manto, le encomiendan a los que han trascendido y como dicta la fe católica ya se encuentran en el cielo.

Un par de mujeres jóvenes, Karen y Salma, se encargan de la pirotecnia, son las coheteras y van abriendo el paso, se anuncia el arribo de la Virgen a la Iglesia de la colonia vecina San Luis Rey. Ahí el sacerdote los aguarda para oficiar la misa, les recuerda a los feligreses que la misa es para ellos y no sólo para la imagen. Habla de pobreza y fe, pero sobre todo de no aprovechar las festividades para tomar bebidas embriagantes.

Al terminar la misa mariachis vestidos de blanco reciben a la Dolorosa, el trayecto continúa sobre la calle Laguna de Términos, después cruza a Lago Zumpango. Al atardecer continúan por la calle Plan de Iguala, Doña Luz ya los está esperando con dos mesas repletas de molletes y pan de apóstol. Las calles se han perfumado de manzanilla. La peregrinación tiene fin en donde inició, en el estacionamiento de la casa de Víctor, ahí también ya está listo el camarín que representa el “Beso de Judas”. La comida está dispuesta en mesas, se acostumbra dar de cenar a todas las personas que pertenecen a la cofradía y a los vecinos que se unieron al recorrido, “todo esto para demostrar la generosidad y devoción de los días santos”, expresó uno de los asistentes.

La festividad de la Virgen de Dolores es para conmemorar el sufrimiento de la madre de Cristo durante la Semana Mayor, según la tradición católica y ortodoxa, así es como en algunas regiones de México y en este caso en el estado de San Luis Potosí se da inició a las celebraciones de Semana Santa.

apl

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