La corrupción que mantiene inmerso al país no es exclusiva de los políticos, las famosas 'mordidas' que algunos automovilistas practican con los oficiales de tránsito para evitar una multa, falsear datos en un currículum, evadir impuestos, entre otros son ejemplos de corrupción que se da de forma cotidiana entre la ciudadanía.

El Jefe de Servicios Estudiantiles de la UASLP Francisco Asís Lozano consideró que es necesario que todas las instituciones educativas se comprometan en inculcar valores en sus estudiantes y de esta manera ir erradicando la corrupción en el país.

“Nosotros como instituciones educativas, en este caso la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, toma cartas en el asunto y le corresponde formar, motivar y verificar que los jóvenes que están en las aulas universitarias realmente tomen conciencia de esta situación y que de ahí salga esa propuesta de cómo ir cambiando y mejorando esta situación, que sea más positiva para el país”, comentó.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental del INEGI cerca del 26 por ciento de los mexicanos ha participado en actos de corrupción.

Expertos señalan que la corrupción en México es un problema que a las personas les cuesta trabajo reconocer en su círculo inmediato, así lo consideran académicos, como el director del ITESM campus San Luis Potosí,  Héctor Morelos Borja.

“Yo creo que en general es muy cómodo para el ciudadano y es común decir que la corrupción esta de un solo lado, decir que las autoridades son las que generan, son las únicas responsables de la corrupción; la verdad es que en la corrupción siempre hay quien corrompe y quien es corrompido, entonces no es definitivamente un acto donde solamente debamos señalar a las autoridades sino nosotros hacer conciencia y decir dónde empezó la corrupción”

La corrupción es considerada el segundo problema que más preocupa a los mexicanos, sólo después de la inseguridad y la violencia, por lo que no es fácil reconocer frente a un tercero que uno es parte de ese conflicto; otra hipótesis es que las personas que no admitieron haber pagado un soborno sean sobre todo quienes ofrecieron la 'mordida', es decir, dejan de ser víctimas para convertirse en victimarios de la integridad de un funcionario.

“En el momento en el que yo hago ofrecimiento y que yo respondo a una solicitud o a una mordida, o alguna cuestión, o dices “no, eso no es correcto” y lo denunció en la instancia correspondiente; definitivamente tenemos que cambiar nuestra cultura, es un problema nacional donde decimos basta a la corrupción”, consideró el director del ITESM.

Si bien 7 de cada 10 ciudadanos reconocen que son ellos quienes permiten que exista corrupción, responsabilizan en mayor medida a políticos, gobernantes, legisladores y empresarios. En consecuencia, confían poco en ellos: sólo 39 por ciento confía en servidores públicos y empresarios, 33 por ciento en gobiernos municipales, 29 por ciento en gobiernos estatales y apenas 25 por ciento en el gobierno federal.

apl

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