Mónica Pérez, madre de un estudiante del Instituto Potosino Marista, denunció que su hijo sufrió abuso sexual en este centro educativo, ubicado en la Avenida Cuauhtémoc de la capital de San Luis Potosí.

En exclusiva para EL UNIVERSAL la mujer relató que fue el 24 de septiembre del 2024 a la una de la tarde cuando recogió a su hijo, quien, cursa el nivel de secundaria en el grupo 10 GEM (Grupo Especial Marista), cuando descubrió el abuso.

“Ese día enseguida nos dirigimos a nuestra casa, en donde note que él se metió a bañar más temprano de lo normal, al salir del baño, caminaba de manera lenta, yo vi el bote de papel llenísimo, por lo que le llame la atención diciendo que no debemos gastar tanto papel, a lo que él me respondió, es que me duele, al mismo tiempo que se toca con su mano sus pompas.

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Yo me metí al baño para sacar la bolsa de basura y retirar los papeles y vi que había sangre, empecé a cuestionar a mi hijo, para saber que le había pasado le pregunté si se pego, se cayó o si alguien le había hecho algo, mi niño solo empezó a llorar y me decía “me da pena”, continúe preguntando y me dijo: no vayas a pensar que cuando voy al baño alguien me hace algo”, explicó.

Así mismo indicó que al día siguiente lo presentó en el colegio y pidió hablar con las maestras, aunque en una ocasión ya se había intentado hablar con una maestra por otras razones de bullying a lo cual no se le dio importancia.

La madre de la víctima decidió llevar a su hijo directamente a la Fiscalía de San Luis Potosí, ubicada en la calle 5 de mayo, para que lo valorarán tanto física como mentalmente.

“En la fiscalía el médico legista empezó preguntando su nombre y dándole confianza para enseguida preguntar quien le había hecho daño, mi hijo nos dijo que un compañero de nuevo ingreso, también dijo que lo molestaba en clase de música metiéndole la mano al pantalón por detrás, posteriormente que lo agredió en el baño, y que el chico esperó a que estuvieran solos y lo agredió por atrás”, comentó.

La mamá explicó que enseguida la doctora lo pasó a revisión en donde se confirmó que el niño había sido abusado sexualmente.

“Después de ese día empezamos con procesos de seguimiento, laboratorios, sesiones psicológicas entre otras, el día 2 de octubre la maestra me mando mensaje preguntando si todo estaba bien con mi hijo a lo que le dije que no y que quería hablar con ella, así que me recibieron los maestros encargados del grupo especial Marista y les platique exactamente todo, y una de las maestras comentó que el compañero que señaló mi niño como su agresor salía muchas veces al baño”, subrayó.

Mónica Pérez, enfatizó que pidió todo el apoyo que se le pudieran brindar y uno de los puntos claves era ver las videocámaras con las que cuenta el colegio.

“Desde ese día se giraron oficios al instituto y solo se había tenido respuestas evasivas”, indicó.

Dichos videos fueron entregados hasta el mes de enero de este año, el apoderado de la escuela los entregó en una USB personalmente al personal encargado de la investigación, proceso que no debería ser así, ya que se debieron extraer los videos directamente en la escuela pero tampoco le dieron acceso al Policía.

La madre de la víctima explicó que los videos están desde enero en bóveda, en investigación y aún no se sabe si se ven completos o si están editados.

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“Hace poco a raíz de la denuncia que presente, la Secretaria de Educación puso sellos en el colegio y le suspendió nuevas inscripciones, ya que se percataron de que no estaban colaborando, si no obstruyendo la investigación, pero el colegio emitió un amparo y el Juez se los concedió”, aseguró.

La madre del niño indicó que su hijo a raíz de todo eso ha tenido un retroceso muy considerable por lo que sus cuidados han tenido que intensificarse y con ellos los gastos de terapias.

Al día de hoy siguen sin ninguna solución por parte de las autoridades por lo que la madre del niño en cuestión pide se haga justicia y se tomen cartas en el asunto.

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