El presunto responsable había huido a Nuevo León.
La víctima cuidaba a su hijo Martín, quien padece de esquizofrenia, al parecer en determinado momento el hombre entró en crisis y comenzó a golpearla hasta dejarla inconsciente.
Candelario tomó su arma y le disparó tres veces, después envolvió el cuerpo en una cobija, la amarró de pies, manos y cuello, para después sepultarla en una fosa que había cavado.
Además se le ordenó el pago de la sanción pecuniaria y la reparación del daño por casi 80 mil pesos.
El ahora detenido se encontraba en el interior de un antro ubicado en la capital y fue acusado por una mujer de haberle sustraído un teléfono celular de su bolso, por ello fue asegurado por policías.
La víctima denunció en 2014 agresiones físicas y verbales.
La madre de las víctimas fue quien presentó la denuncia, las dos niñas habían sido amenazadas con hacerles daño si comentaban lo sucedido.
El chófer de una pipa de agua conducía sin ninguna precaución y a exceso de velocidad.
El Juez Sexto del Ramo Penal encontró elementos suficientes para librar la orden de aprehensión por los delitos de daños y lesiones.
Su primera esposa fue la que denunció este hecho, lo que permitió iniciar las investigaciones correspondientes.