Los caldos y consomés de pollo ya sean en polvo, cubos o granulados son una mezcla de diversos ingredientes que no solamente incluyen carne de ave, sino que se elaboran con otros componentes que no se recomiendan para personas con hipertensión, advirtió la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

En general contienen sal yodatada, grasas vegetales, carne y grasa de pollo, glutamato monosódico, fécula de maíz, azúcar, especias, colorantes, así como saborizantes naturales y artificiales.

La Profeco afirmó que si bien los cubos, polvo o granulados de caldo de pollo son prácticos “su consumo frecuente puede significar que le estés dando a tu organismo altos contenidos de sal, en consecuencia de sodio, lo cual es dañino para tu salud”.

Además de sal, la Profeco alertó, en su Revista del Consumidor del mes de julio de 2021, que incluye glutamato monosódico que “es un potenciador del sabor que se añade comúnmente a los alimentos procesados, ya que activa ciertas terminales de la lengua que hacen que el sabor de cada alimento sea más fuerte”.

Sin embargo, el uso del glutamato monosódico es controvertido porque se le relaciona con “cuadros de dolores de cabeza, sudoración, opresión en el pecho, ardor en la boca y mareos”.

Para la Profeco el gran problema es que se trata de un alimento procesado cuyos ingredientes dependen de la industria, algo que no sucede cuando las personas elaboran su propio consomé ya que le pueden adicionar los nutrientes y condimentos que prefiera.

La Procuraduría recordó que los cubos de caldo de pollo se inventaron a principios del siglo XX en Europa por tres empresas: Maggi, OXO y Knorr.

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