Hace pocos días se anunció la salida del defensor lateral del Atlético de San Luis, Borja González regresó al futbol español a préstamo con el Unión Deportiva San Sebastián de los Reyes de la Segunda División B; las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar, los mensajes de ánimo y buenos deseos llegaron a la cuenta personal del jugador y del club, las peticiones de que no se fuera y el deseo de qué pronto regresara llegaban de varios aficionados.
Borja no sumó ningún minuto de juego el pasado torneo, haya sido por decisión del técnico, baja de juego u otras situaciones, el español era uno de más solicitados por la afición, cada convocatoria no dejaban de preguntar por él, la afición lo saludaba en el estadio esperando que pronto saltara al terreno de juego enfundando en la armadura número 17.
Pero ¿Porqué darle la categoría de ídolo? En el futbol no siempre los resultados o estadísticas te ponen en el gusto de los aficionados, al final son ellos los que ponen al jugador en ese pedestal que los inmortaliza y los hace eternos; Borja González fue un jugador que logró hacer clic con una afición complicada y renuente que peleaba ante el cambio de colores y la llegada de la franquicia, él fue el primer jugador europeo que llegó con la franquicia del Atlético de Madrid con una gran responsabilidad, plantar bandera y romper fronteras.
Desde su llegada se levantó una gran expectativa, Borja llegaba desde el Atlético de Madrid B, ese cartel internacional lo ponía en el ojo de los aficionados que ya esperaban ver su debut y que podría aportar al equipo, además de limpiar la imagen que dejaron los españoles Samuel San José y Sergio Fernández Prendes en la franquicia anterior.
Nada está escrito en la historia, pero el destino a veces tiene preparados momentos justos que hacen que momentos sean mágicos; el primer partido oficial del Atlético de San Luis en el Ascenso MX se vivió una derrota en calidad de visitante, pero aún así la afición de siempre y los nuevos aficionados esperaban ver el debut de este nuevo equipo en el estadio Alfonso Lastras, algunos con la nueva ilusión de una nueva historia y otros esperanzados en quedarse en el pasado; arrancó el partido en contra del FC Juárez, la afición aún titubeaba en alentar, cuando en el minuto 7 el primer tiro de esquina del partido pondría a un hombre con su cita con el destino, Borja González haría el primer gol oficial en casa del Atlético de San Luis, así comenzaría la historia.
El click con la tribuna fue inmediato, los aficionados comenzaron a cobijar a Borja desde ese momento, la mano española se había sentido en la cancha y se empezaban a enganchar con el equipo. El nuevo consentido no volvería a marcar gol si no hasta la jornada 5 del Apertura 2017 con un certero cabezazo ante Cimarrones de Sonora, el ídolo empezaba a nacer.
Los resultados para el equipo en aquel entonces dirigido por Salvador Reyes no dieron los resultados esperados y el Atlético se quedó al borde de la liguilla; Borja González sumó 1121 minutos y se apuntó dos goles en su torneo debut, cifras no tan abultas, pero otro impacto había causado, Borja se volvió de los jugadores más solicitados por la afición, tanto en firmas de autógrafos como en los partidos; le pedían fotos, firmaba jerseys con su número, en la cancha era ovacionado y en pocas veces abucheado, en redes mencionado, se había vuelto el referente sentimental del equipo, incluso perteneció al 11 ideal de la liga de Ascenso MX.
Pero ¿Porqué paso esto? El aficionado al futbol es un ente extraño, es una persona que se guía por el sentimiento y el romanticismo que se vive entre el equipo y la tribuna, muchos pensarán que la calidad de ídolo se la ganan con goles o rompiendo récords, pero a veces basta hacer algo que no está en el guión, tener momentos que marcan la diferencia y que se quedan en el corazón del aficionado hasta llegar a otorgarle ese premio que solo ellos pueden dar: la idolatría.
Sí nos vamos a las frías estadísticas, Marcelo Guerrero sólo metió un gol en un torneo, pero lo que significó ese gol lo inmortalizó en el olimpo potosino, en su momento Víctor Lojero llegó a ser ídolo, sus espectaculares goles en momentos de agonía le llenaron el ojo a la afición.
Así son los ídolos, vienen de lugares que nadie espera, que nadie imaginaba, pero logran marcar esa pequeña diferencia que los hacen imborrables para los aficionados; seguidores o detractores, como siempre habrá reventadores, pero nunca podrás ir en contra de las masas.
Borja fue el primero del club que se anunciaba con bombo y platillo la renovación de su contrato para gusto de sus fans potosinos.
Una lesión en la rodilla y una baja de juego fue relegando poco a poco a este jugador a la banca en el proceso de Molina, con la llegada de Alfonso Sosa, la irregularidad y la competencia interna lo empezó a dejar fuera de las convocatorias, pero aún así la afición lo pedía, preguntaba por Borja.
Hoy el joven zaguero de 23 años ha sido cedido a préstamo con una ligera esperanza de volver, los mensajes de apoyo y buenos deseos inundaron sus redes sociales; muchos decían qué “se le subió”, “qué había negado a la afición”, “que era un soberbio”, otros decían que era “el que más le metía huevos”, “era el que más quería al equipo”, opiniones divididas, pero lo que no se puede negar fue que el impacto de Borja González en San Luis dejó la primer huella de ésta nueva historia, en entrevistas, apariciones, publicidad, manejo de imagen y en la cancha, me atrevo a catalogar a éste joven como el primer ídolo del Atlético de San Luis.
Suerte Borja en tu nueva aventura, deseamos que regreses a ese nivel que te hizo ser un referente de la liga, que regrese ese futbol que desplegaste y que pronto regreses a esta capital potosina que te adoptó como suyo, la casaca 17 estará esperándote y esperemos que tú también regreses para poder demostrarle a esta afición tu calidad, tanto los que siempre te apoyamos como los que alguna vez dudaron de ti, tú abriste la puerta para la llegada de los demás elementos españoles en San Luis, fuiste parte del plantel campeón, padrino de una generación de la academia del club, sea cual sea lo que el destino tiene preparado para tí, recuerda qué en San Luis siempre hubo cariño para ti.
¡Suerte Crack!
