Las “barras” del futbol mexicano siempre han estado en el ojo del huracán por actos de violencia entre aficionados y hacia jugadores, pero detrás de esa pose de “capos” existe un ente creativo que llena de música y color a los estadios de futbol.

Corría el año de 1998, mi padre me cumplía la ilusión de ir por primera vez a un estadio de futbol; el escenario, el Plan de San Luis, aquel lugar que solo conocía los domingos por los tianguis de vehículos, pero nunca había entrado; ese día el equipo de casa, el Real San Luis, se enfrentaba al Atlético Mexiquense, del cual yo pensaba que era el Toluca de Cardozo ya que jugaban con el mismo uniforme.

Si algo llamó mi atención no fue ese peleado partido de Primera División A, fue un grupo de señores que no paraban de cantar un pegajoso: “Chiquitibum” para San Luis, ese día supe lo que era la porra y de cómo se entregaban y gritaban el gol de su equipo, siempre en un ambiente familiar.

Años después un visionario Andrés Fassi se le ocurrió la grandiosa idea de contratar un bar de barristas  para crear la “Ultra Tuza” y así comenzó la historia de las barras en México, que han pasado de ser un grupo de animación a grandes organizaciones que de algún modo tienen injerencia en lo clubes y son detonantes de violencia en los estadios.

En San Luis alguna vez existió la “Tribu Real”, porra de gran tradición, en su cambio al estadio Alfonso Lastras aparecería “La Guerrilla”, un nombre más agresivo, más rudo y con más carácter en sus cánticos (Esto había dejado de ser familiar). La Guerrilla ha sido por años la barra oficial de los equipos de San Luis Potosí, pasando por Club San Luis, San Luis FC, Gladiadores, Reales, Atlético San Luis y ahora Atlético de San Luis.

Los cánticos de la barra, la murga y los trapos siempre han sido aspectos del futbol que me han atrapado, la originalidad, el cómo hacer rimar los cantos y el eco que retumba en el estadio cuando la porra entona un canto y el estadio responde; adoro la adaptación de canciones coloquiales a porras, aunque la base más usada es la de “El Negro José” y algunas otras canciones legendarias del rock argentino.

Poco a poco se ha ido mexicanizando este concepto, aunque la escuela argentina no se puede negar desde la organización, el tono de cantar y hasta el autonombrarse “los capos del tablón”, todos estos aspectos han aportado cosas positivas como negativas al futbol; en lo positivo podemos poner que han creado una identificación entre equipo, barra y afición, cada equipo tiene su cántico que incluso los jugadores han entonado en los vestidores después de una victoria.

Por la parte negativa vemos que son grupos que fomentan la violencia entre barras, son lugares donde se mueven drogas e incluso pueden llegar a atentar a la seguridad propia con su pirotecnia y la de los jugadores cuando arrojan objetos a la cancha.

La guerrilla no ha estado exenta de estos conatos de violencia, incluso en lo que va del presente torneo van tres cohetones que arrojan a la tribuna y a la cancha, ¿A ellos que les importa? El club es el que paga la multa, total “soy la porra, deben consentirme y darme todo lo que quiero, pero eso sí, si algo no me gusta pondré a todos en tu contra y cantaremos insultos hacía ustedes”.

Las barras son viscerales, un partido te alientan con todo el corazón y en el otro pueden reventarte a morir, la Guerrilla ha pasado de un: “Ooooh qué se vayan todos, que no quede ni uno sólo”, a un “Somos la banda loca de San Luis, la qué te sigue por todo el país”.

Me declaro fan de esta barra del futbol mexicano, le ponen ganas, tienen buenos cánticos, se hacen sentir en el estadio, pero este último torneo ha venido un declive importante, más allá del fallecimiento de su líder y fundador “Polo”, el cambio de franquicia al Atlético de San Luis ha golpeado fuerte en el corazón y la terquedad de los barristas.

¿Porque si se ha cambiado tanto de franquicias, esta es la que más les duele? El ya tan sobado y aburrido tema de “Los Colores”, antes se cambiaba de franquicia y de dueños, pero mantenían el color, eso se volvió “cómodo” para la barra que solo reciclaba cánticos de un equipo a otro, pero ahora la historia es distinto el panorama.

La guerrilla sigue cantándole a los “Auriazules” manteniendo esa tradición que tanto demandan, pero a pesar de mantenerse firmes en sus convicciones, eso les está dando el tiro por la culata, ya que por primera vez en años me ha tocado ver a aficionados voltearse en contra de la porra de casa con el hecho de exigirles cantar, de ridiculizarlos por los colores e incluso menospreciarlos como aficionados, cosa que ellos también hacen al atacar a “los agradecidos” como les llaman.

Esta pequeña guerra civil ha traspasado los límites del Alfonso Lastras; éste fin de semana el Atlético de San Luis jugaba su primer partido de local en contra de la Jaiba Brava del Tampico Madero, los cuales organizaron un masivo a San Luis teniendo un buen número de seguidores, todo surgía de manera normal, ellos cantaban, la guerrilla respondía, en la cancha el  Atlético ganaba; pero durante el segundo tiempo hubo un cántico que rompió esquema y golpeo tan duro el orgullo de la guerrilla que los hizo caer tanto que al final casi se calla la porra y casi el Atlético pierde el partido.

“Ooooh, tuneros sin colores, tuneros sin colores… ¡sin colores!”

Menos violencia, más creatividad
Menos violencia, más creatividad

En ese momento algo pasó, los demás aficionados solo respondieron con una clásica rechifla, pero en la guerrilla algo no estaba bien, se escuchaban menos, los cánticos no sonaban, ya no eran los de siempre.

El tema de los colores se ha vuelto delicado para un sector pequeño de la afición que ahora ni con el campeonato se ponen contentos, pero discutir con ellos es imposible.

No es la primera vez que pasa, el torneo pasado de Copa MX, tuve la fortuna de poder ir al estadio de los Tigres y me tocó ver una de las barras más creativas y organizadas de la liga, los Libres y Lokos son un espectáculo en las gradas del volcán -para no recordar esa terrible goleada que se llevó el Atlético- al final del partido un aficionado de Tigres se acercó a mí y de una manera amable me preguntó: oye ¿Por qué su porra alienta a otro equipo que no está en la cancha?… No supe que responder sin quedar mal, él me dijo: “es que, gritan por el auriazul y aquí es como alentamos a Tigres, ¿es tanto el odio que le tienen a los españoles que prefieren alentar al rival?, obviamente no tenía contexto de la historia de los pasados equipos de San Luis que también eran auriazules.

Después de esa pequeña conversación y unos tacos de carne asada caí en cuenta que esta porra se volvería la burla nacional, simplemente por algo tan simple de hacer: nuevos cánticos.

Menos violencia, más creatividad
Menos violencia, más creatividad

Yo respeto y tolero a los que buscan mantener esa tradición, pero hay que ser sensatos, puede que ese mote de auriazules no regrese, el actual proyecto es sólido, hasta el estadio les va a terminar y creo que lo mejor para que no terminen como la loca del muelle de San Blás es aceptar la transición y dejarlo atrás.

No digo que olviden sus colores, tradición e historia, pero si quieren que los tomen enserio deberían tomar ellos al equipo y su imagen enserio y si esto desemboca en que tenga que morir la guerrilla, será parte de la selección natural y una nueva porra tendrá que emerger, evolucionar o quedarse y al parecer nuestra querida guerrilla se ha quedado.

El único cántico “nuevo” que se ha escuchado es ese cover de la horrible canción de Maluma, que a su vez es un refrito de lo que ya habían hecho los Tigres.

¿Quieren identidad?, ¿Quieren ser tomados enserio?, ¿Quieren que la afición los vuelva a seguir?… Hay que evolucionar, yo confió en la creatividad de los líderes de la barra, que puedan sacar nuevas porras, nuevos cantos e incluso nuevos trapos; si son auriazules, respetable, pero piensen en qué si quieren ser “la mejor barra del país” mínimo apoyen a un equipo que si existe.

Más creatividad, menos violencia, si todo ese ingenio que utilizan para meter bengalas, cohetes y marihuana al estadio, la usaran para componer y tocar porras más acordes al equipo se notará la diferencia; dejemos la violencia de lado, ya vieron lo que pasó con Boca y River, con Tigres y Rayados, lo que ha pasado con Querétaro; la afición potosina ha demostrado que puede ser una de las mejores como en ese partido reciente de la selección, pero también han demostrado ser destroza ídolos, así le fue a Maradona.

Por el bien de la porra y la supervivencia de la misma, espero evolucionen, yo admiro sus cánticos no sus broncas, admiro sus murgas no su bengalas, admiro que sean uno con la afición no un grupo de apestados al que nadie se quiere acercar.

Y para ti, amigo de la Guerrilla, como diría C-Kan: “suelta un poco el foco y métale al cuaderno”.

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