El cameo de Stan Lee es una de las grandes tradiciones en las películas con personajes de Marvel. Hoy en día ningún fan de la Casa de las Ideas concibe una película de Thor, Spider-Man o Iron Man sin la estelar aparición de el padre de los personajes.

Pero no siempre fue así. Cuando el cine de los superhéroes no estaba tan de moda, hay quien dudaba de la capacidad de Lee para encajar en la gran pantalla.

Es el caso de Sam Raimi, director de la primera trilogía de Spider-Man, que en una entrevista con The Hollywood Reporter ha confesado que estaba en contra de la idea de que Lee apareciese en su película cuando el entonces presidente de Marvel, Avi Arad, se lo pidió.

"No. Conozco a Stan y él no puede actuar", replicó el director ante la propuesta de la editorial. Una negativa ante la que el CEO de Marvel reiteró que "lo habían hecho con X-Men y lo vamos a hacer en esta".

A pesar de que en un primer momento no quiso acceder a la petición de Arad, Sam Raimi cambió de idea al pensar en la oportunidad que le otorgaba esa película de cara a futuros trabajos.

Raimi pensó que, si él hubiese sido un director menor de teatro que estuviese dirigiendo Macbeth en la época de Shakespeare y le pidiesen que el legendario escritor apareciese en la obra, accedería.

Por ello, Raimi dio su brazo a torcer: "Bien, quieres a Shakespeare en la obra; pondré a Shakespeare en la obra". Actualmente considera que es una de sus "partes favoritas de la película".

En la escena, el Duende Verde provoca una explosión en un edificio en el que se estaba celebrando una feria. Stan Lee se encuenta, junto a varias decenas de testigos, a las puertas de esta construcción. Cuando estalla, Lee intenta proteger a una niña para que no le hagan daño los escombros que vuelan a causa de la explosión.

El director recuerda que su primera experiencia con el creador de algunos de los superhéroes más relevantes del Universo Marvel fue "bastante mala". Fue en 1980, cuando él estaba trabajando en su primera película de terror en Nueva York y complementaba esta labor como consejero en un campamento en Algonquin Park. Los organizadores del campamento decidieron hacer una fiesta cuya temática principal giraba entorno a los superhéroes de Marvel.

Durante la década anterior, había sido un ávido lector de los cómics de la editorial y pensó en conseguir que Stan Lee firmase unos pósters. "Fui a Marvel y pregunté si podía ver a Stan Lee". Quienes le recibieron no daban crédito a su petición: "¿Estás loco? ¡No puedes ver a Stan Lee!". En ese momento, Raimi, que solo tenía 20 años, se dedicó durante el viaje de vuelta a escribir el nombre de Stan Lee en los pósters.

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