Más de San Luis | 17-04-25 | 11:26 | Actualizada | 17-04-25 | 11:26 |

En el corazón del Centro Histórico de San Luis Potosí, justo frente al Templo de Nuestra Señora del Carmen, se alza una figura que ha llegado a ser símbolo de una de las celebraciones religiosas más importantes del país: la Procesión del Silencio.

La escultura, conocida como “El Cofrade”, fue develada en abril de 2012, por iniciativa del Ayuntamiento capitalino durante la administración de Luis Miguel Ávalos Oyervides, y este 2025 conmemora 13 años de permanecer como testimonio de una tradición que ha cruzado fronteras.

Creada por el artista potosino Miguel Cuevas, esta pieza escultórica fue concebida como un homenaje tanto al valor religioso como al significado cultural de la Procesión del Silencio, considerada la segunda más relevante a nivel mundial, solo por detrás de la originaria en Sevilla, España.

Más que una obra de arte, “El Cofrade” es una representación del compromiso y la fe de las cofradías que han dado forma a esta manifestación religiosa desde sus inicios.

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La escultura retrata con detalle el atuendo tradicional de quienes participan en la Procesión: una túnica larga, capa, un cíngulo ceñido a la cintura y el característico capirote, cono que cubre el rostro y otorga anonimato a los participantes.

Cada hermandad viste este traje en distintos colores, dependiendo de la identidad de su parroquia.

Esta figura está ubicada estratégicamente donde cada año comienza el recorrido del Viernes Santo, en la iglesia del Carmen.

Esta estatua, no solo honra a quienes caminan en silencio durante la procesión, sino que también se ha convertido en un atractivo turístico para quienes visitan la ciudad durante la temporada vacacional.

Decenas de visitantes se detienen frente a esta figura para tomar fotografías, leer la placa conmemorativa y conectar, aunque sea por un momento, con el profundo sentido espiritual que representa.

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