El pan de la Huasteca Potosina forma parte de la riqueza culinaria de la zona. Tradicionalmente, estos se elaboran en hornos de piedra y se venden en los mercados a peso por pieza. Son panes pequeños, entre los que destacan las empanaditas, las trencitas, los cuellitos, los ojos y las conchitas.

En entrevista para, Brenda Hernández, perteneciente a la comunidad de Ponciano Arriaga en el municipio de Ébano señaló que aprendió a hacer las famosas empanaditas huastecas a modo de solventar la economía en su hogar.

Brenda, detalló que su ocupación principal es ser ama de casa, sin embargo, le llamó la atención la elaboración de este pan artesanal de su región y decidió aprender a través de videos en redes sociales, puesto que nadie en su familia llevaba esta tradición culinaria.

“Yo soy la primera de mi familia que me enseñé y, junto con una cuñada, nos dedicamos a hacer. No es de todos los días, es de vez en cuando y sí, sí se vende, pero casi son los fines de semana cuando se venden un poco más.”, explicó.

Su preparación consiste desde la elaboración de la masa, la cual, se prepara al batir harina con manteca inca. A esta mezcla, le agregan cerveza y cuando ya está todo integrado, se hacen bolitas con la masa para después palotearlas para formar círculos planos.

A estos círculos, se les rellena, ya sea de mermelada de fresa o de piña y se les trenza con la forma característica de las empanaditas huastecas. Ya, por último, se meten al horno por media hora.

De esta manera, Brenda, entre otras mujeres de su comunidad obtienen un ingreso a sus hogares y, al mismo tiempo, mantienen viva la gastronomía de la Huasteca Potosina.

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